“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina.” — Hipócrates.

Una alimentación saludable no solo depende de las elecciones nutricionales, sino también de cómo manipulamos, cocinamos y conservamos los alimentos. A continuación, te explicamos cómo realizar un correcto almacenamiento en frío, especialmente cuando se trata de alimentos ya cocinados.

Cuatro pasos clave para la conservación de alimentos

Para garantizar que nuestros alimentos llegan en perfectas condiciones hasta el momento de su consumo, debemos tener presente cuatro sencillos pasos: limpiar, separar, cocinar y enfriar.

1

Limpiar

Lávate siempre las manos con agua y jabón antes de manipular alimentos. Limpia bien las superficies y utensilios, sobre todo si vas a alternar entre alimentos crudos y cocinados.
2

Cocinar

Una cocción adecuada elimina la mayoría de microorganismos presentes en los alimentos. Asegúrate de que los tiempos y temperaturas de cocinado sean suficientes para garantizar la seguridad alimentaria.
3

Separar

Mantén separados los alimentos crudos (como carnes, pescados o huevos) de los cocinados o listos para consumir. Usa envases distintos y evita el contacto cruzado, tanto en la preparación como en el almacenamiento.
4

Enfriar

Antes de guardar un alimento cocinado, deja que se enfríe a temperatura ambiente (pero no más de dos horas). Luego, almacénalo en envases cerrados y colócalo en la parte superior del frigorífico, lejos de los alimentos crudos que puedan gotear y contaminarlo.

También vigilaremos los termostatos

La es importante que tanto la nevera como el congelador mantengan una temperatura apropiada. Temperaturas recomendadas:

  • Frigorífico: entre 2 °C y 6 °C
  • Congelador: entre -12 °C y -18 °C

¿CUÁNTO DURA LA COMIDA EN LA NEVERA Y EN EL CONGELADOR?

HUEVOS FRESCOS
3-5 SEMANAS
NO CONGELAR
HUEVOS DUROS
2-4 DÍAS
1 AÑO
ENSALADAS
3-5 DIAS
NO CONGELAR
FIAMBRES (ENVASE ABIERTO)
3-5 DÍAS
1-2 MESES
FIAMBRES (ENVASE CERRADO)
2 SEMANAS
1-2 MESES
SOPAS Y GUISOS
3-4 DÍAS
2-3 MESES
BISTECS
3-5 DÍAS
6-12 MESES
CHULETAS
3-5 DÍAS
4-6 MESES
POLLO O PAVO FRESCO (ENTERO)
1-2 DIAS
1 ANO
POLLO O PAVO FRESCO (PIEZAS)
1-2 DÍAS
3-4 MESES
VACUNO, CERDO O CORDERO COCINADO
3-4 DÍAS
2-3 MESES
POLLO O PAVO COCIDO
3-4 DÍAS
6 MESES
POLLO O PAVO FRITO
3-4 DÍAS
4 MESES
PESCADO BLANCO FRESCO
1-2 DÍAS
6-8 MESES
PESCADO AZUL FRESCO
1-2 DÍAS
2-3 MESES
PESCADO COCIDO
3-4 DÍAS
4-6 MESES
PESCADOS ENLATADOS ABIERTOS
3-4 DÍAS
2 MESES
MARISCO
1-2 DÍAS
3-6 MESES

El descongelado también tiene sus reglas

Hay dos formas seguras de descongelar la comida, tanto la cruda como la ya cocinada:

  • En la nevera: dejar los alimentos dentro de su envase durante 24 horas en la balda inferior del frigorífico.

  • En el microondas: usando la función de “descongelar” del microondas justo antes de cocinar los alimentos.

Puedes encontrar más consejos en esta guía de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

Dudas comunes sobre la conservación de alimentos en frío

¿Se pueden descongelar los alimentos a temperatura ambiente?

No se recomienda descongelar alimentos a temperatura ambiente en el fregadero o en otra superficie de la cocina ya que esta práctica presenta mayor riesgo de contaminación, por favorecer el desarrollo y crecimiento de microorganismos, poniendo en riesgo la seguridad del alimento.

¿Volver a congelar un alimento descongelado es seguro?

No se recomienda recongelar alimentos crudos una vez descongelados, a menos que hayan sido cocinados antes a más de 70ºC durante dos minutos como mínimo.

¿Qué hacer si se va la luz?

Si el corte eléctrico dura poco, no abras el frigorífico o congelador para mantener la temperatura interna.

  • Un congelador lleno puede conservar los alimentos seguros hasta 48 horas si permanece cerrado.

  • Los cortes de luz superiores a 4 horas pueden suponer que la temperatura del frigorífico supere los 5ºC. Cuidado con los alimentos perecederos (pollo, leche, queso fresco, sobras…) ya que pueden no estar en condiciones aptas para el consumo.

En resumen

Conservar correctamente los alimentos en frío es una forma eficaz de cuidar nuestra salud y evitar intoxicaciones. Siguiendo unas pautas básicas de higiene, almacenamiento y descongelado, podemos alargar la vida útil de los alimentos y consumirlos con total seguridad. Un gesto sencillo que marca la diferencia en nuestra cocina diaria.

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