Aproximadamente un 10-15% de la población experimenta acúfenos de manera recurrente con un mayor o menor grado de intensidad.
No obstante, es común que en algún momento de nuestras vidas la mayoría de las personas percibamos estos ruidos, que no provienen de un estímulo externo y en cambio se producen en nuestro sistema nervioso.
¿Qué son los acúfenos y cómo de común es experimentarlos?
Los acúfenos son ruidos percibidos como pitidos, zumbidos o un siseo resultantes de una actividad anómala dentro de la vía auditiva y del sistema nervioso que se interpretan y registran de manera igualmente anómala en nuestro cerebro.
Su aparición suele estar, en el 85% de los casos, asociada a alguna enfermedad o patología auditiva, como un tapón en el oído o una hipoacusia (disminución de la sensibilidad auditiva).
Los acúfenos suponen una molestia y se hacen patentes para quien los sufre cuando llegan a superar el ruido ambiental, teniendo incluso que recurrir a dispositivos que generen un ruido agradable de fondo que camufle el de los acúfenos.
Tener una mayor sensibilidad a ruidos externos, ser mayor de 50 años y los momentos de silencio absoluto, son factores que, según estudios realizados, intensifican los acúfenos.
Diferentes tipos de acúfenos según su causa
Se distinguen dos tipos de acúfenos: subjetivos y objetivos.
- Los acúfenos subjetivos representan el 90-95% de los casos y son únicamente perceptibles por quien los sufre. Los causan enfermedades auditivas, tales como traumas acústicos, trastornos derivados de fármacos ototóxicos, la enfermedad de Ménière (trastorno del oído interno), infecciones y lesiones del sistema nervioso central que afectan a las vías auditivas, o una obstrucción de estas.
- Los acúfenos objetivos son ruidos producidos dentro de nuestro organismo (principalmente por el flujo vascular y las pulsaciones) y percibidos como una vibración por el sistema auditivo.
¿Por qué se producen los acúfenos?
Los acúfenos no son una enfermedad en sí mismos, sino síntomas de una.
Por ello analizar qué está produciendo los acúfenos ayuda a detectar el trastorno que los origina.
Los estudios concluyen que no hay un solo mecanismo auditivo que los cause, sino que estarían implicadas diversas partes del sistema auditivo.
¿Cómo pueden tratarse?
Como cualquier otro factor sintomatológico, los acúfenos se atenúan y pueden llegar a desaparecer con el tratamiento de la enfermedad que los ocasiona.
Si los acúfenos son recurrentes y están afectando a tu calidad de vida, es importante que acudas a tu médico de cabecera, que te derivará a un especialista.
Pruebas que realizará un médico especialista
- Un examen físico del oído para comprobar si hay presencia de secreciones o cuerpos extraños (como infecciones, tumores o tapones) en las vías auditivas.
- Pruebas de reflejos
- Comprobación del ruido vascular a lo largo de la arteria carótida y la vena yugular.
- Si la persona afectada también presenta un déficit neurológico es importante realizar una evaluación neurológica con urgencia.
- Si los acúfenos son unilaterales y están acompañados de una pérdida de la audición o mareos se requerirá una resonancia magnética para excluir la posibilidad de un neurinoma del acústico.
- Anamnesis para registrar cómo se experimentan los acúfenos, qué los inicia y qué los intensifica, el grado de afectación a la vida del paciente y sus antecedentes personales (uso de fármacos, infecciones o traumatismos auditivos, exposición recurrente a ruidos fuertes, cambios de presión, recibir o haber recibido radioterapia en la zona de la cabeza o incluso la pérdida de peso).
Tratamientos específicos
No hay evidencia de la eficacia de tratamientos farmacológicos según los estudios clínicos realizados hasta el momento.
Los tratamientos no farmacológicos por su parte ponen el foco en reducir la fisiología que provoca el acúfeno y en algunas ocasiones se acompañan de terapia psicológica, pero no son tratamientos que se recomienden de manera sistemática por falta de una calidad metodológica probada.
Sí que hay mayor consenso en que el uso de audífonos (especialmente en casos de hipoacusia) y de enmascaradores de ruido atenúan los acúfenos.
Ser consciente de qué causa los acúfenos, tratar la enfermedad que los origina y evitar las situaciones que los intensifican en la medida de lo posible (por ejemplo, disminuyendo el estrés, el consumo de cafeína o usando ruido de fondo a la hora de dormir para enmascarar los acúfenos) ayudan a aliviar las molestias originadas por los acúfenos.