Llegan las navidades y con ellas… los excesos. Sí, sí, claro que este año vamos a ser buenos y comer y beber solo lo justo y necesario. Como todos los años. Pero al final las farmacias se llenan de personas con digestiones pesadas, acidez, reflujo y un montón de variantes y problemas de salud relacionados con los excesos navideños.
Es muy habitual que alguien venga pidiendo “un omeprazol” para prevenir el malestar de estómago, cuando tiene una digestión pesada, o cuando tiene reflujo o acidez. Y es que en el imaginario colectivo el omeprazol es un “protector de estómago”. Pero la realidad es que este término tan bonito no hace justicia a la actividad farmacológica del omeprazol y eso lleva a errores.
La digestión y el ácido en el estómago
Para explicar cómo actúa y para qué sirve el omeprazol necesitamos algo de contexto.
La digestión es el proceso por el cual los alimentos se transforman en nutrientes: moléculas sencillas capaces de absorberse en el intestino, de viajar por la sangre y de llegar allí donde las células los necesitan. Este proceso que todos tenemos normalizado es realmente complejo y tiene varias fases y un montón de actores relacionados. Además, cada especie animal ha ido adaptando su proceso de digestión a sus necesidades y de esa manera los animales herbívoros tienen sistemas digestivos largos, con varios estómagos; los carnívoros tienen sistemas gástricos mucho más cortos y los omnívoros, como nosotros, tenemos un sistema digestivo intermedio.
La digestión comienza en la boca, donde trituramos los alimentos y los mezclamos con la saliva. Ahí comienza ya la digestión química, puesto que la saliva contiene encimas digestivos. Para lograr dividir los alimentos y obtener nutrientes, nuestro organismo se las ha ingeniado para producir encimas digestivos, pero además, lleva a cabo un proceso de hidrólisis en el estómago y para eso necesitamos que el pH sea ácido. Y por eso el estómago está perfectamente preparado para producir y soportar ácido. El medio ácido es imprescindible para que el proceso de la digestión se lleva a cabo con normalidad.
Si el estómago está preparado para soportar el ácido ¿Por qué a veces tengo acidez?
Buena pregunta. Nuestro organismo está adaptado a la alimentación que hemos tenido en los últimos miles de años. Su adaptación es muy buena, pero, como casi todos los procesos biológicos, tiene límites. Aun en ausencia de enfermedades tu estómago no está preparado para gestionar grandes comilonas, alimentos picantes, una cantidad grande de cereales y grasas, la salsa barbacoa casera de tu tía o el vino en las cantidades que a veces ingerimos. En estos casos, el estómago puede reaccionar de varias maneras. Una de ellas es aumentar la cantidad de ácido que genera en condiciones normales para intentar digerir todo eso, en otras se genera una diarrea, y en otras la digestión se enlentece provocando gases, estreñimiento y un gran malestar. Esto es lo que se conoce como dispepsia.
Y por otro lado están las patologías, o las condiciones que pueden generarlas. Por ejemplo, en algunas personas el cardias (que es la válvula superior del estómago) no se cierra correctamente y cuando el estómago está muy lleno o se libera más ácido de lo normal para gestionar una digestión difícil, aparece el ardor en la boca del estómago e incluso la pirosis y el reflujo ácido. El reflujo crónico puede generar un problema de salud crónico y es importante que consultes con tu médico si te ocurre.
El omeprazol y la acidez
El impacto en la salud de las personas que ha tenido el descubrimiento del omeprazol es enorme. Gracias a él prácticamente han desaparecido las úlceras de estómago que eran un problema de salud muy habitual y que podría ser muy grave incluso poner el peligro la vida de quién lo padecía. El omeprazol, además, es un medicamento muy seguro y su uso está muy extendido.
El omeprazol -y todos los medicamentos del mismo grupo: pantoprazol, lansoprazol, esomeprazol y rabeprazol- actúa reduciendo la cantidad de ácido que se segrega en el estómago (lo que hace es inhibir la bomba de protones presente en las células estomacales). Y esto es tremendamente útil en el tratamiento y prevención de algunas patologías como:
- Ulceras de estómago e intestino.
- Infección por Helicobacter pyroli en asociación con otros medicamentos.
- Esofagitis por reflujo.
- Úlceras asociadas al uso de antiinflamatorios no estoideos.
- Sindrome de Zollinger-Ellison.
El omeprazol es muchas cosas, pero NO es:
- El omeprazol no es un antiácido que neutraliza el exceso de acidez puntual. No tiene capacidad de hacer esto.
- El omeprazol no genera una capa protectora de la mucosa del estómago. Que es lo que muchas personas asocian con el término “protector de estómago”.
- El omeprazol no ayuda cuando la digestión está enlentecida. ¡Todo lo contrario! De hecho, uno de los problemas que puede tener es que, al reducir la producción de ácido, la digestión se vuelve más lenta, y puede incluso derivar en digestiones no completas y disbiosis intestinal, que es un tema muy interesante para otro artículo.
¿Qué podemos hacer cuando hay acidez de estómago, reflujo o pirosis o hay una digestión enlentecida y un tremendo malestar?
Primero hay que hacer una llamada a prevención y a mantener unos hábitos saludables. Realmente no hace falta cometer excesos culinarios para disfrutar de las navidades. Pero si, por la razón que sea aparecen estos problemas esto es lo que podemos hacer:
- Acidez puntual. Existen medicamentos antiácidos que bloquean el ácido. Son rápidos, seguros y eficaces siempre que se usen de forma ocasional. Entre ellos los más habituales son el bicarbonato, las sales de fruta, el alginato y las sales de magnesio y aluminio. No se debe abusar se ellos. Algunos tienen, además, la capacidad de crear una barrera de protección.
- Pirosis o reflujo. El consejo es el mismo de antes. Los antiácidos funcionan muy bien. Si tienes reflujo de forma habitual, coméntalo con el médico. ¡Hay que evitar que se genere una inflamación crónica del esófago!
- Empacho o digestión lenta. Necesitamos poner en marcha la digestión y para eso se pueden usar medicamentos con encimas digestivos. Normalmente van asociados con otros para tratar también otros síntomas habituales como los gases. ¡En ningún caso nos conviene aquí reducir la carga ácida!
En cualquier caso, si aparece alguno de estos problemas de salud acude a tu farmacia, donde tu farmacéutico te recomendará el tratamiento que más se ajuste a tu caso y a tus preferencias. Si el problema persiste o es muy habitual, consúltalo con tu médico.
Evita excesos y ¡disfruta de las navidades!
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