Eres un experto en inmuncromatografía y no lo sabías.
Sí, vale. la frase es algo tendenciosa. Pero está claro que en las últimas semanas todo estamos usando los famosos test de antígenos. Estos test son, mi más ni menos, un inmunoensayo complejo llamado imnumocromatografía. Y, aunque es complejo, es bastante fácil de usar y de interpretar. Seguro que esa parte ya la tienes controlada. Pero, si quieres profundizar un poquito más, te invitamos a ver las tripas de esta apasionante técnica que se ha vuelto cotidiana y que tiene muchísimos usos.
La inmunocromatografía
No se trata de una técnica novedosa ni poco habitual. La usamos desde hace muchos años en las pruebas de embarazo o en los autotest de VIH, por poner algunos ejemplos. Y, seguramente, la usaremos cada vez más ya que se trata de un sistema fácil, rápido, económico y con una elevada sensibilidad y especificidad.
Explicar con un poco de calma esta técnica requiere usar algo de terminológica técnica. Normalmente huimos de estos términos, pero en este artículo, y como excepción, no podemos evitarlos.
Antígeno y anticuerpo
- Un antígeno es una molécula con la capacidad de ser reconocida como extraña por nuestro organismo y disparar una respuesta de defensa. Una respuesta inmunológica. Normalmente son una parte del agente que causa la enfermedad. Un virus o una bacteria pueden tener uno o más antígenos. Estos antígenos son la base del funcionamiento de nuestro sistema inmunológico específico.
- Un anticuerpo es una molécula sintetizada por nuestro organismo cuando entra en contacto con un antígeno. Sirve, fundamentalmente, para pegarse a ella y marcarla como elemento extraño al que hay que atacar.
- Un anticuerpo conjugado. Son anticuerpos que están marcados con algún sistema que luego nos permita detectarlos. Se pueden marcar con colorantes que se volverán visibles cuando los anticuerpos se unan a unos antígenos concretos.
- Los anticuerpos son específicos para un antígeno concreto y tienen la capacidad de unirse a ellos creando lo que conocemos como inmunocomplejo.
En un momento hemos definido cuatro conceptos clave: Antígeno, anticuerpo, anticuerpo conjugado e inmunocomplejo. Pero la cosa no se queda aquí
Anticuerpos anti-anticuerpos
Para complicar un poco más, hoy en día podemos crear anticuerpos anti-anticuerpos. Es decir, moléculas capaces de pegarse específicamente a un anticuerpo. Que seamos capaces de sintetizar anticuerpos anti anticuerpos conjugados es clave para entender esta técnica. Y de ahí que tengamos explicar todos estos conceptos un tanto extraños.
Estructura de los test de antígenos
Aquí vemos la estructura básica de un test de imnumocromatografía. La tira es una lámina de nitrocelulosa, un material similar al papel en el que una gota de agua puede ascender por capilaridad con facilidad. Y tiene 4 zonas diferenciadas.
- Zona de aplicación de la muestra. La muestra problema, en la que queremos descubrir si hay algún antígeno, se aplica en la parte baja y siempre con un líquido que controle el pH.
- Zona migración. Está entre la zona de aplicación y la franja T. Contiene anticuerpos conjugados frente al antígeno problema, es decir, marcados con un color.
- La franja T: En esta zona hay una tira de anticuerpos frente al antígeno problema.
- La franja C: En esta zona hay una tira de anticuerpos anti anticuerpo conjugado.
Este es el tablero de juego, ahora veamos qué puede ocurrir
1. Supongamos que en la muestra que aplicamos no hay antígenos.
El líquido aplicado en la zona de muestra arrastra los anticuerpos conjugados de la tira hasta llegar a la zona C donde hay anticuerpos frente los anticuerpos conjugados, ahí reaccionan, se libera el color y queda marcada la banda C.
2. Supongamos que en la muestra que aplicamos hay antígenos.
Los antígenos presentes en la muestra reaccionan con los anticuerpos conjugados de la zona de migración y se crean los imnumocomplejos que seguirán avanzando arrastrados por el líquido hasta la zona T. En la zona T, reaccionaran con los anticuerpos frente a los antígenos y esta reacción provoca que se libere el colorante. Así, la zona T queda marcada. El líquido tampón seguirá avanzando y arrastrando los anticuerpos conjugado que queden libres hasta la zona C donde se reaccionarán y quedará marcada exactamente igual que si no hubiese antígenos en la muestra.
Este tipo de test han adquirido una importancia tremenda. Antes de la llegada de la COVID ya se usaban para, por ejemplo, diagnosticar la malaria o el VIH, o para confirmar embarazos, o detectar momentos del ciclo hormonal femenino para ayudar a la concepción.
Una tecnología compleja en un dispositivo sencillo
Esperamos que este artículo, un tanto fuera de nuestra tónica habitual, te resulte interesante. Cuando alguien abre un test de antígenos y ve que dentro hay una tira de celulosa puede pensar que detrás no hay una tecnología avanzada, pero sí la hay. La magia de estos tests es que, aunque los conceptos teóricos detrás de la tecnología pueden ser complejos, son fáciles de utilizar, de transportar y interpretar.
Si tienes cualquier duda sobre los test, no dudes en preguntar en tu farmacia de confianza, que para eso estamos, pero recuerda que el tipo de muestra a emplear (nasal y/o saliva) debe ser el que el fabricante haya validado para ese test.
¿Te ha gustado esta información?
Puedes seguirnos en Facebook o en Instagram y suscribirte a nuestro boletín quincenal. También puedes ayudarnos compartiendo este artículo en tus redes sociales. ¡Muchas gracias!