Las enfermedades de las vías aéreas son muy habituales. Bronquitis, bronquiolitis, faringitis o neumonía, seguro que has oído hablar de todas ellas. Pero ¿sabes, realmente, qué es una neumonía? ¿Y una neumonía bilateral?

La neumonía causada por la COVID-19 puede dejar importantes secuelas respiratorias, así que está de actualidad, pero empecemos por el principio.

La historia de la neumonía

Aunque está muy de moda estos días, la neumonía es una de esas enfermedades de siempre. Hipócrates la describió en torno al año 400 aC. Y, después de eso, el conocimiento alrededor de la neumonía ha ido creciendo a lo largo de los años con la propia ciencia, aplicando las nuevas técnicas sobre ella y añadiendo información capa sobre capa. Por ejemplo, el desarrollo de técnicas de diagnóstico en microbiología como la tinción de Gram, la aparición de la penicilina y de los demás antibióticos también añadieron información muy útil y la llegada de la vacunación cambió nuestra percepción sobre ella para siempre. El desarrollo y avance del conocimiento ha hecho que su clasificación, y la forma de entenderla de hoy en día, pueda parecer un poco enmarañada.

Bronquitis, bronquiolitis, faringitis, neumonía y pulmonía

Las infecciones del tracto respiratorio se denominan según la localización de la zona afectada. La bronquitis se sitúa en los bronquios, la bronquiolitis en los bronquiolos y la faringitis en la faringe. De la misma manera la pulmonía y la neumonía (que son la misma enfermedad) hacen referencia a que el problema está en los pulmones.

La neumonía es una infección aguda al nivel de los pulmones. Está causada por agentes infecciosos como virus, bacterias o algunos tipos de hongos. Uno de los eventos que pueden provocar una neumonía es la aspiración de alimentos, vómitos u otras secreciones, pero siempre termina apareciendo una infección y una respuesta inflamatoria.

En una persona sana, los alveolos se llenan de aire al respirar y en ellos se produce el intercambio gaseoso. En cambio, en una persona con neumonía, los alveolos pulmonares están llenos de líquido y eso hace que no se produzca correctamente el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono lo que puede originar una bajada de la concentración de oxígeno en la sangre que, en los casos más graves, puede llegar a poner en riesgo la vida del paciente.

Los síntomas más habituales son:

  • Tos que puede expectorar un moco amarillo purulento
  • Dificultad para respirar (disnea)
  • Malestar general y falta de apetito
  • Fiebre y escalofríos
  • Dolor en el pecho que empeora al inspirar
  • Disminución de la saturación de oxígeno en sangre
  • Nauseas, vómitos y diarrea

En general, son síntomas bastante inespecíficos y variables y que pueden despistar hacia otras infecciones respiratorias de menor gravedad.

La clasificación de la neumonía

La clasificación de la neumonía se lleva a cabo en función de distintos factores, en la actualidad además de tener en cuenta el estado inmunológico del paciente (si el sistema inmunitario está debilitado o no) y del lugar en el que se haya adquirido la neumonía (hablamos de Neumonía Adquirida en la Comunidad, para aquellas que se adquieren fuera de los hospitales y Neumonías Adquiridas en el medio hospitalario), también se tiene en cuenta el agente causal y la zona anatómica afectada. Todos estos factores junto con la edad, otras patologías coexistentes, falta de respuesta a un tratamiento previo, tratamientos crónicos, factores ambientales y exposición profesional, sospecha de aspiración y otros, permite llevar a cabo un abordaje individual del tratamiento, lo más precoz posible y con el nivel de cuidados que el paciente necesita.

Pronóstico y secuelas

La neumonía no es una enfermedad banal. Presenta una mortalidad en general del 1%. En los casos en los que requiere hospitalización la mortalidad oscila entre el 5 y el 15% y en caso de necesitar ingreso en la UCI oscila entre el 20 y el 50%. En los países desarrollados es un problema que preocupa, pero en países con menos recursos la situación se complica mucho.

En función de la gravedad de la enfermedad, la neumonía puede dejar secuelas. En algunos casos, el proceso inflamatorio puede terminar destruyendo tejido pulmonar y limitando la capacidad funcional del pulmón afectado.

Algunas curiosidades

La neumonía ataca a la capacidad de respirar y esto puede llevar a diferentes curiosidades que ahora te contamos.

  • La neumonía y la taquicardia

El sistema respiratorio y el cardiovascular tienen un objetivo en común: hacer llegar oxígeno a todos los tejidos de cuerpo. Y para eso existe una acompasación del ritmo de la respiración y la velocidad de latido del corazón. Esto es una simplificación, en realidad, los mecanismos de ajuste son complejos e involucran a muchos más agentes que el corazón y a muchos más parámetros que la velocidad de latido, pero para lo que queremos explicar nos vale.

Cuando la respiración falla, ya sea por una neumonía, o por un edema pulmonar o por la razón que sea, el corazón intenta compensarlo acelerándose, aumentando el volumen de sangre que envía a los pulmones. Esto hace que una persona pueda percibir primero una taquicardia, pero en realidad, el problema está en los pulmones.

  • La saturación de oxígeno en sangre

En estos últimos meses se ha puesto de moda medirse la saturación de oxígeno en sangre. Hay dispositivos específicos para ello, los pulsioxímetros, y también hay diferentes relojes inteligentes que son capaces de hacerlo.

La saturación de oxígeno en sangre es la cantidad de oxígeno disponible en la sangre. Cuando esta saturación está entre el 95 y el 100% están garantizados los suministros a todos los tejidos del organismo. Por debajo del 90% es posible que exista algún problema y debes consultar con tu médico.

  • La neumonía y las resistencias a los antibióticos

Como hemos visto, en muchos casos las neumonías son causadas por bacterias y su tratamiento incluye los antibióticos. En la actualidad hay algunas cepas de estas bacterias que presentan resistencias a los antibióticos. Y esto, como ya hemos visto, presenta un enorme problema.

  • Covid y neumonía

Una de las posibles complicaciones que puede tener la COVID es una neumonía. Puede ser en un solo pulmón o en los dos pulmones (por eso se llama bilateral). Pero todas las demás características son las mismas que ya hemos hablado.

Busca ayuda si te hace falta

Pide una cita con tu médico si te cuesta respirar, tienes fiebre que no responde a antitérmicos de 39 grados o más, y tos con expectoración. Especialmente si perteneces a alguno de los siguientes grupos de riesgo:

  • Adultos de más de 65 años.
  • Niños de menos de 2 años
  • Personas con el sistema inmunitario debilitado
  • Pacientes con insuficiencia cardíaca o problemas pulmonares previos.

La verdad es que todos estos síntomas son muy inexpecíficos y no dirigen el diagnóstico de forma directa hacia la neumonía, pero son síntomas de alerta que debes consultar con tu médico.

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