El pie diabético es una de las complicaciones más limitantes de la diabetes mellitus, ya que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Causas y factores de riesgo
Cuando los niveles de azúcar en sangre son muy altos y se mantienen en el tiempo, pueden afectarse los nervios y vasos sanguíneos de las extremidades inferiores (habitualmente por debajo del tobillo). Este daño en los nervios es responsable de una pérdida de sensibilidad que en ocasiones facilita que las lesiones puedan pasar desapercibidas.
Además, si a esto le sumamos una peor circulación sanguínea en el pie, estas lesiones terminan ulcerándose y a pesar de administrar un tratamiento inmediato, estas heridas pueden tardar meses en cicatrizar o incluso, no cicatrizar, llegando a ser necesaria la amputación en casos graves.
La úlcera del pie diabético afecta alrededor de un 20 % de las personas diabéticas en algún momento de su vida.
Síntomas del pie diabético
Los síntomas habituales del pie diabético son la presencia de hormigueos y calambres, disminución o pérdida de sensibilidad y aparición de lesiones en la piel del pie.
Tratamiento del pie diabético
El tratamiento no es sencillo y a menudo debe ser de larga duración. Requiere un adecuado control de la diabetes, cura local de la úlcera y de la infección si aparece, un correcto manejo de la descarga del pie diabético para disminuir la presión mecánica en la zona y un seguimiento controlando la correcta cicatrización de la zona.
Consejos para la prevención del pie diabético
La prevención es clave, por eso te dejamos estos consejos:
- Es muy recomendable llevar a cabo una inspección diaria del pie para detectar lesiones incluyendo la planta y el talón.
- Un adecuado control de los niveles de azúcar en sangre.
- Seguir una alimentación sana y equilibrada, evitando el consumo de tabaco.
- Utilizar calzado adecuado y calcetines de algodón.
- Mantener una buena higiene de pies y secarlos cuidadosamente.
- Usar cremas hidratantes y cortar las uñas en línea recta.
- Consultar al médico en el caso de aparición de heridas o ampollas que no se sienten al tacto.