Hoy en día el mercado está saturado de productos a base de vitamina C, uno de los activos más populares y más utilizados en todas las edades.
Entre tanta oferta, con una variedad de marcas y de precios tan grande, resulta difícil seleccionar el producto más adecuado, que aúne eficacia y seguridad, y pueden surgir ciertas dudas: ¿En qué me tengo que fijar para elegir la vitamina C más adecuada? ¿Son todos los productos a base de vitamina C iguales? ¿Influye el precio en la calidad? Te lo contamos a continuación:
¿Para qué sirve la Vitamina C?
Empezando por la base, se puede afirmar que la vitamina C es el antioxidante por excelencia, que neutraliza los radicales libres que dañan nuestras células y son responsables del fotoenvejecimiento de la piel, por lo que su función principal es la de protección. Además tiene actividad despigmentante, unifica el tono y proporciona mucha luminosidad a la piel, y por último mejora la función barrera.
Se puede utilizar en prácticamente todos los tipos de piel, incluso en las más sensibles, y a todas las edades: en pieles jóvenes actúa como prevención y en pieles maduras actúa como antienvejecimiento. Por ello es muy importante seleccionar el producto adecuado, siguiendo siempre un buen consejo profesional.
¿En qué paso de la rutina la utilizo?
En general, se recomienda utilizar la vitamina C una vez al día, preferiblemente por la mañana para aprovechar esa función protectora y antioxidante, con la piel limpia y seca como primer paso, y terminando siempre con un fotoprotector. Puede haber excepciones, indicadas siempre por el fabricante.
Productos con Vitamina C, ¿en qué nos tenemos que fijar?
En el mercados nos podemos encontrar la vitamina C formulada en diferentes formas, que suelen ser vitamina C pura o Ácido Ascórbico (o Ascorbic Acid) o derivados de la vitamina C, como Etil Ascorbic Acid, Ascorbic Palmitate o Ascorbic Glucoside, entre otros.
La forma más eficaz es la vitamina C pura, pero el principal problema que presenta es su alta inestabilidad, ya que se oxida muy fácilmente y es difícil de elaborar. Tiene que estar formulada a pH ácido, y como consecuencia puede resultar algo irritante. Su concentración óptima está entre el 8% y el 20%, ya que mayores concentraciones no han demostrado mayor eficacia pero si mayor capacidad irritante.
Por el contrario, los derivados de la vitamina C son más estables, y al estar formulados a pHs más altos suelen resultar más tolerables. Muchas veces nos encontraremos productos en los que se utiliza una combinación de diferentes formas de vitamina C.
En conclusión, tenemos que valorar siempre el producto final terminado, con el objetivo de que sea un producto eficaz pero seguro, y buscar la forma cosmética que mejor satisfaga las necesidades de nuestro tipo de piel, ya sea en formato sérum o crema.
¿Qué es el pH? ¿Cómo sé el pH que tiene el producto?
El pH mide la concentración de iones hidrógeno (H+) e iones Hidróxido (OH-) y nos va a dar como resultado si una solución es ácida o es básica. El reto de la cosmética es conseguir un pH que sea tolerable para la piel pero que a la vez nos proporcione una fórmula eficaz.
La piel tiene un pH de 5 a 5.5 dependiendo de la zona del cuerpo. Cuando más bajo es el pH del producto, más irritante puede ser, sobre todo en las pieles más sensibles.
Por ello a la hora de elegir una vitamina C hay que evitar reclamos publicitarios de altas concentraciones, ya que si el pH no es adecuado pueden ser seguros pero no eficaces, o por el contrario resultar irritantes.
La Vitamina C, ¿mejor sola o con otros activos?
Hay una combinación muy estudiada que estabiliza la fórmula de vitamina C pura, y es con el Ácido ferúlico y la vitamina E, dos potentes antioxidantes.
En el caso de los derivados de la vitamina C, al ser más estables, se pueden encontrar en el mercado combinados con otros activos, como el ácido hialurónico, el bakuchiol o la niacinamida.
¿Como saber si una Vitamina C está oxidada?
En general, el producto se vuelve de color amarillento, y como consecuencia pude ensuciar un poco el poro y perder eficacia. También puede haber un ligero cambio en el olor. Siempre hay que seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a conservación y duración del envase una vez abierto.
¿Cómo encuentro la información y en qué me tengo que fijar?
Lo primero es elegir un laboratorio que nos de seguridad en cuanto a calidad y transparencia, que aporte evidencia científica sobre sus productos y dé información clara sobre los ingredientes.
En el INCI o listado de ingredientes encontramos, en orden ponderal decreciente, la información sobre qué forma de vitamina C tiene el producto.
El precio también es un indicativo de la calidad de la vitamina C, ya que tanto el aval científico como la calidad de los activos cuestan dinero, por lo que se debe evitar reclamos de productos muy baratos o laboratorios desconocidos. En términos generales, es difícil encontrar un buen producto de vitamina C por menos de 30€.
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