¿Sabías que alrededor del 15% de la población sufre intolerancia a la lactosa? Para quienes la padecen, consumir productos lácteos puede convertirse en un problema digestivo, ya que su organismo no puede procesar correctamente este azúcar presente en la leche y en muchos alimentos industriales.
Está dificultad a la hora de digerir la lactosa se debe a la carencia de la lactasa, una enzima intestinal encargada de descomponer la lactosa en azúcares más simples para su absorción. Cuando existe una deficiencia de esta enzima, la lactosa llega al intestino sin digerir de forma que esta no se podrá absorber en el intestino (mala absorción de lactosa), provocando diferentes síntomas que pueden ser bastante molestos.
Tipos de intolerancia a la lactosa
Este déficit de lactasa puede aparecer por diferentes motivos.
Déficit primario adquirido. Es la más común y tiene origen genético. La lactasa se expresa bien desde el nacimiento pero a medida que crecemos, la actividad de lactasa disminuye de forma natural, aunque los síntomas pueden tardar años en aparecer, generalmente ocurre en la edad adulta.
Déficit primario congénito. En algunos casos poco frecuentes, la ausencia total de lactasa se manifiesta desde el nacimiento y suele diagnosticarse en los primeros días o semanas de vida.
Déficit secundario. Ocurre como consecuencia de una afección intestinal, como gastroenteritis, enfermedad celíaca o el uso prolongado de ciertos medicamentos u otras enfermedades que provoquen una lesión en la mucosa gastrointestinal. A diferencia de la primaria, suele ser transitoria y reversible una vez que se trata la causa subyacente.
La intolerancia a la lactosa puede ser molesta, pero conocer sus causas y tipos es clave para aprender a manejarla y mejorar la calidad de vida.
Síntomas de la intolerancia a la lactosa
Los síntomas pueden variar de una persona a otra y su intensidad depende tanto del grado de déficit de la enzima lactasa como de la cantidad de lactosa consumida.
Entre las manifestaciones más comunes se encuentran:
- Náuseas
- Retortijones
- Molestias y distensión abdominal
- Meteorismo
- Diarrea
Diagnóstico
La intolerancia a la lactosa puede sospecharse por sus síntomas y su aparición tras el consumo de lácteos y sus derivados. Sin embargo, para confirmarla, es recomendable acudir al médico, quien podrá realizar pruebas específicas para evaluar la absorción de la lactosa.
Existen distintos métodos de diagnóstico, uno de los más utilizados es el test del aliento de hidrógeno, que mide la cantidad de hidrógeno exhalado después de ingerir una cantidad controlada de lactosa. En cualquier caso, será el especialista quien determine la prueba más adecuada según cada situación.
¿Tiene tratamiento la intolerancia a la lactosa?
La mayoría de los pacientes responde bien a una dieta baja en lactosa, lo que suele aliviar los síntomas de forma eficaz. Sin embargo, si los síntomas persisten, es importante que el paciente revise los prospectos de los medicamentos y las etiquetas de los alimentos, ya que muchos productos contienen lactosa en su composición.
Si se necesita seguir una dieta más estricta, es crucial asegurarse de obtener suficiente calcio por otras fuentes, como las verduras de hoja verde, los pescados azules y los moluscos, para prevenir problemas como la osteoporosis.
En el caso de la intolerancia secundaria, al ser generalmente transitoria, basta con una restricción temporal de los productos lácteos y sus derivados. Esta medida suele ser suficiente para resolver los síntomas sin necesidad de hacer cambios permanentes en la dieta.

