En la farmacia se escucha de vez en cuando esta pregunta tan alarmante. Pero no, casi seguro que su hija no tiene un herpes en la garganta, lo que tiene es una infección viral llamada “herpangina” que ni es un herpes ni tiene nada que ver con una “infección de anginas”.
Está claro que, etimológicamente, la palabra herpangina viene de herpes y angina. No vamos a negar lo evidente, pero la realidad es que se trata de una enfermedad infecciosa que puede ser causada por varios tipos de enterovirus. De estos virus ya hemos hablado en los artículos de la polio y la enfermedad mano, boca, pie.
La herpangina: algunos datos
- Es una infección de garganta provocada por un virus que se caracteriza por la aparición de vesículas en el fondo de la boca y la garganta.
- La mayor parte de los casos aparecen en verano o principios de otoño.
- Afecta, principalmente a niños de entre 3 y 10 años y de modo ocasional, a adolescentes y adultos.
- El periodo de incubación oscila entre 3 ó 5 días, pudiendo llegar incluso a 10 días. En este tiempo, aún asintomáticos, podemos contagiar el virus.
- Las principales vías de transmisión son el contacto con la saliva (al toser o estornudar), donde el virus permanece en torno a 4 semanas, y por vía fecal-oral (mano-boca) donde persiste de 6 semanas a varios meses tras la infección.
El virus es especialmente resistente y es capaz de sobrevivir largos períodos de tiempo sobre juguetes, chupetes, sobre el suelo o los muebles, lo que favorece su propagación.
Cómo se manifiesta
Alguna vez hemos oído decir a los pequeños, ¡Tengo pupas en la garganta!
Esas pupas en la garganta no son sino, pequeñas protuberancias que aparecen en la boca en forma similar a ampollas o úlceras. Pueden confundirse con aftas, ya que su apariencia y recurrencia resulta similar, pero la herpangina suele manifestarse en el fondo de la boca a nivel de la faringe anterior y posterior, por delante de las amígdalas, en el paladar blando, o la campanilla, en forma de pequeñas manchas rojas. Además se asocia a síntomas sistémicos como:
- Dolor de cabeza
- Fiebre de hasta 39-40ºC que dura hasta 4 días
- Dolor en garganta y boca
- Babeo
- Disminución del apetito
- Arcadas y vómitos por la molestia en la garganta
En adolescentes y adultos jóvenes puede darse incluso rigidez y dolor en espalda y nuca, con ganglios del cuello inflamados.
¿Puede confundirse con algún tipo de herpes?
Es difícil que se confundan. El posible error está más asociado al propio término “herpangina” que a la realidad clínica. Eso sí, existe una patología llamada “estomatitis herpética”, mucho menos habitual, que puede cursar con úlceras en la boca y la faringe. Estas úlceras son bastante diferentes, mucho más grandes y aparecen diseminadas por toda la boca y la faringe.
Diagnóstico
Muy al contrario de lo que pueda parecer, su diagnóstico se basa en los síntomas y lesiones bucales características, mediante examen físico. Rara vez se recurre a pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico, pero es posible hacerlo en caso de duda.
Tratamiento
Al tratarse de una infección viral, el objetivo principal es ayudar a disminuir las molestias asociadas a su sintomatología. Fundamentalmente calmar el dolor y las molestias en la garganta y controlar la fiebre. Para esto se pueden emplear analgésicos como el paracetamol y soluciones a nivel tópico.
Una de las posibles complicaciones de la herpangina es la deshidratación. Las molestias en la garganta pueden llevar a los niños a no querer comer ni beber. Una buena opción es seguir una dieta blanda, evitando los alimentos ácidos y los picantes, y administrar alimentos fríos o templados y agua suficiente. Los helados, en una cantidad adecuada, pueden ser un gran aliado frente al dolor.
Pronóstico
El pronóstico en la mayoría de los casos es bueno y la enfermedad se resuelve por sí sola. Lo normal es que las lesiones curen entre 1- 7 días de forma espontánea.
Y recuerda la mejor prevención es la higiene de manos, factor determinante frente a la transmisión. Además, la infección puede ser transmisible aunque no haya síntomas (bien porque aún no hayan aparecido o incluso aunque hayan mejorado) ya que es una infección con período de transmisión muy largo. En principio si el niño no presenta fiebre y no se encuentra mal, puede acudir al colegio o guardería. Teniendo en cuenta que la transmisión del virus tiene lugar antes, durante y después de la aparición de los síntomas, el no acudir a clase para evitar o disminuir contagios puede ser una medida ineficaz.
Ante cualquier duda no olvides consultar a tu farmacéutico
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