El 24 de abril es el día mundial de la meningitis, una enfermedad de la que todos hemos oído hablar pero sobre la que siguen existiendo muchas dudas en la sociedad.

Hoy tenemos la suerte de hablar con Cristina Regojo, médico especialista en análisis clínicos y presidenta de la Asociación Española contra la meningitis.

Asociación Española contra la Meningitis

Doctora Cristina Regojo, presidenta de la AEM. Imagen de Facebook.

¿Sigue existiendo meningitis en españa? ¿hay cifras de afectados?

Desafortunadamente la meningitis no es una enfermedad del pasado y sufrimos un conteo incesante de casos. No tenemos cifras reales porque solo se publican las meningitis por meningococo que, antes de la pandemia eran, aproximadamente, unas 500 al año. De meningitis víricas y bacterianas en general podemos estar hablando de unos 12.000 casos al año. Lo que sí tenemos claro es que la pandemia y las medidas higiénicas han reducido las meningitis como otras enfermedades infecciosas.

¿Qué es la meningitis y cómo se contagia?

La meningitis es la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Puede ser de origen vírico, que suele ser benigna y de consecuencias leves, o de origen bacteriano, que es la más peligrosa. Cualquier persona sana  puede contraer meningitis o sepsis, pero los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años y los jóvenes de entre 15 y 24 años.

De hecho, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes.

Se contagia a través de las secreciones nasofaríngeas, al toser, estornudar … Hasta un 20% de la población puede ser portadora de algunas de las bacterias que provocan las meningitis más graves como el Meningococo B. Para ellos puede ser inocua, pero pueden transmitirla a personas vulnerables y predispuestas que desarrollarían y sufrirían la enfermedad.

¿Cuáles son las principales complicaciones de la meningitis?

Una de la más temidas es la sepsis, cuando la infección se desplaza por el torrente sanguíneo a todo el cuerpo pudiendo producir coagulación vascular diseminada y provocar complicaciones como fallo multiorgánico y gangrena de los miembros con su elevado riesgo de amputaciones.

Debido a la localización de la infección, y su diseminación a la sangre, el abanico de secuelas y complicaciones por la meningitis es muy amplio. Hasta un 30% de los afectados por esta enfermedad pueden sufrir sordera, ceguera, déficit neurológicos e intelectuales, dolores crónicos, alteraciones psiquiátricas, etc.

¿Qué vacunas existen hoy en día contra la meningitis?

En España existe un calendario común de vacunación que se actualiza anualmente. Se trata de un acuerdo de mínimos que deja fuera algunas vacunas como la que protege a los niños del meningococo B y que obliga a sus progenitores a desembolsar 300 euros (cuesta 100 euros cada vacuna y se recomiendan tres) si quieren inmunizar al menor contra este serogrupo, causante del 65% de los casos de meningitis.

Las vacunas contra la meningitis incluidas en el calendario son Haemophilus Influenza tipo B, Meningococo C, Neumococo y la dosis de los doce años de la Tetravalente contra los Meningococos ACWY (la dosis de los doce meses es también recomendable en sustitución de la de la Meningitis C).  Solo en cuatro comunidades está incluida la vacuna contra el meningococo B que provoca el 60% de las meningitis por meningococo y que puede tener consecuencias fatales. ¿Qué significa? Que la mayoría de los padres españoles tienen que costearse esta vacuna. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de cerrar el círculo de prevención frente a las meningitis en la infancia. 

¿Por qué es tan importante la vacunación contra esta enfermedad?

Porque es una enfermedad grave que puede afectar a cualquiera y cuyos síntomas inespecíficos hacen que sea muy difícil diagnosticarla precozmente. Además, tiene un alto riesgo de mortalidad y graves secuelas que hacen que sea muy difícil entender que en el siglo XXI permitamos que muchas personas caigan enfermas cuando se puede evitar con una vacuna. Esto se entiende mucho menos en tiempos post pandemia cuando la sociedad y las administraciones se han concienciado de la importancia de las vacunas y su implementación para frenar enfermedades.

Hoy por hoy, la vacuna es el único muro contra la meningitis.

¿Por qué el gobierno no financia al completo la vacunación en todas las ccaa contra la meningitis?

Por una cuestión puramente economicista ha ido obviando y retrasando la toma de decisiones respecto a incluir todas las vacunas disponibles para proteger a la infancia contra esta grave enfermedad. Disponen de la evidencia científica necesaria, recomendaciones de las sociedades médicas y, nosotros, la Asociación Española contra la meningitis en representación de los afectados y familias hemos denunciado la situación de desigualdad reclamando su inclusión en el calendario vacunal.  El hecho de que unas comunidades incluyan la vacuna contra el Meningococo B y otras no empeora este sinsentido que desprotege a los niños españoles dependiendo del lugar en el que nazcan y del nivel adquisitivo de los padres. Es preciso voluntad política. Por eso, la AEM  intenta trabajar activamente con las instituciones para no alargar más esta inequidad territorial y social de acceso a la vacuna contra el meningococo B.

meningitis, asociación española contra la meningitis

Imágen de la web de la Asociación Española contra la Meningitis, contralameningitis.org

¿Cuál es la labor de la Asociación?

La Asociación Española contra la Meningitis, fundada en marzo de 2016, es actualmente la única entidad sin ánimo de lucro que lucha por derrotar la meningitis en España para proteger a toda la población de las consecuencias de esta terrible enfermedad. Hacemos ronda con todos los partidos políticos para concienciar de la necesidad de la vacuna. Este trabajo da sus frutos. Cataluña es la última en incorporar la vacuna Meningococo B y Madrid lo está estudiando. La Comisión de Sanidad, hace menos de un mes ha dicho que lo estudiará.

Es fundamental que tanto las instituciones, responsables políticos y la sociedad conozca el elevado coste que conlleva para una familia que un bebe o adolescente sufra meningitis. Las secuelas por meningitis son muy graves e implican un desgaste tanto económico como emocional y físico para los afectados y sus familias. Según un estudio pionero que hemos realizado como asociación de pacientes con IDIVAL, el gasto económico de un superviviente de meningitis puede llegar al millón de euros. Otros estudios hablan de cifras mayores.

¿Cómo viven los afectados por esta enfermedad?

Puedo contarles mi caso. Con 4 años la meningitis aterrizó en mi vida con un brutal impacto del que conservo algunas secuelas como una sordera bilateral profunda. Imaginen cómo fue ir a la escuela, la universidad, la incorporación al mercado laboral…. Ningún niño debería recordar parte de su niñez entre juegos y habitaciones de hospital. Sí puedo decir que tuve la suerte de vencer y sobrevivir. No soy la primera ni seré la última en sufrir meningitis. No me canso de decir que la meningitis es una gran desconocida. Algunos creen que es una enfermedad del pasado. Otros que nuestro sistema es capaz de detectar la enfermedad y curarla. No es verdad.

Antes de la pandemia, cada año en España se detectaban más de 12.000 casos de meningitis víricas y bacterianas. De ellas, casi 600 casos son por la temida enfermedad meningocócica.

La crisis sanitaria ha minimizado estas cifras pero, cuando remita, tendremos un repunte de la meningitis. La meningitis tiene muchos disfraces y, uno de ellos, bajo el que mejor se camufla, es el de un catarro normal. Es una terrible enfermedad que juega con ventaja. Le bastan entre ocho y doce horas para arrebatar la vida a un menor.

Hay varias razones: no hemos conseguido vencer a todas las bacterias que pueden producirla, no todo el mundo tiene acceso a todas las vacunas disponibles y hay que invertir tiempo y dinero en investigación en mejorarlas. Lo que sí es una verdad incontestable es que en la actualidad no hay mejor arma para combatirla que las vacunas. Las vacunas contra esta enfermedad en todas sus variantes y formas son el único muro de contención.

En el último año hemos aprendido mucho de vacunas. Nuestra sociedad está más abierta que nunca a comprender el impacto de la necesaria inversión en vacunas en la lucha contra las enfermedades que nos acechan. Puedo decir que, afortunadamente, la situación actual nada tiene que ver con la de mi infancia o la de nuestros padres o abuelos. Debemos agradecer los avances logrados pero nuestra especial preocupación son los casos existentes por Meningococo B.

En los últimos 40 años hemos asistido al desarrollo e implantación de vacunas contra prácticamente todos los tipos de meningitis con incidencia en Europa Occidental. En España, se implantó en los años 80 la vacuna contra el tipo B (HiB). La grave onda epidémica de 1999-2000 provocó la inclusión de la vacuna frente al meningococo de serogrupo C y más tarde llegó la tetravalente.

Pero nuestro sistema no cubre la variante más peligrosa que afecta especialmente a recién nacidos; la meningitis B. En la actualidad solo tres Comunidades Autónomas la han incluido en su calendario vacunal: Canarias, Castilla y León y Andalucía.

Las repercusiones de esta decisión son muy fáciles de explicar. Si su hijo nace en Galicia y ustedes, padres, no deciden asumir ese gasto o no pueden, su pequeño podría enfermar de esta variante. Si nace en León estará protegido. El inexplicable e inexistente consenso entre los decisores políticos nos hace caer en una distopía difícil de entender a pesar de las reiteradas recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría por extender esta práctica.

Si miramos fuera de España, países como Portugal o Francia han dado pasos en ese sentido.

No hay criterios objetivos válidos para defender la no inclusión en el calendario vacunal.

Cuando se trata de vidas no debemos hablar de estadísticas ni de costo-efectividad. Una vida es suficiente para adoptar esta decisión.

Me asombra la ligereza con la que se pasa de página en el tema de la vacunación respecto a esta enfermedad en comunidades como Galicia, que ha padecido fuertes epidemias de meningitis. No logro explicarme el inmovilismo político y social que lo rodea. No logro entender que no incluyan este objetivo como prioritario. Tampoco entiendo que los padres no lo reclamen. Su hijo puede contagiarse en la guardería de un simple constipado o de meningitis. Les aseguro que las consecuencias de contraer una u otra no serán las mismas.

No vacunar es una decisión activa que conlleva riesgos reales como la muerte de niños o las secuelas de otros muchos que, como yo, arrastramos desde los cuatro años. No soy la única. Hay muchos como yo. En nuestra web pueden ver y leer los testimonios de muchas personas como yo. No serán las últimas.

Puedes encontrar más información en contralameningitis.org

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