La obesidad infantil está entre los problemas de salud pública más graves en lo que llevamos de siglo. Lejos de atajarlo, sigue siendo un quebradero de cabeza que aumenta de manera alarmante. Las estimaciones de la OMS hablan de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo con sobrepeso. España está entre los primeros países en los rankings de obesidad infantil, lo que supone un problema a corto y largo plazo. Analizamos la obesidad infantil, estableciendo factores que predisponen a padecerla y maneras de prevención para reducir unas cifras más que preocupantes.
¿Por qué aumenta la obesidad?
Para hablar del problema, debemos empezar por lo concreto. La obesidad es un trastorno nutricional caracterizado por una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. Es una enfermedad crónica que en los últimos años ha aumentado enormemente su prevalencia, especialmente en la adolescencia y la infancia, la frecuencia en el sexo masculino es ligeramente mayor, especialmente antes de la pubertad, y la gran parte de casos se dan en niños de categoría socioeconómica baja.
En cuanto a los factores que pueden favorecer la aparición de obesidad infantil, existe una gran complejidad para definirlos, ya que es una enfermedad multifactorial. No obstante, entre todas estas causas, una no admite discusión: la gran parte de los casos de sobrepeso y obesidad infantiles están apoyados en el desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico. Según la Organización Mundial de la Salud, ese desequilibrio tiene tres motivos principales:
- Un cambio dietético mundial, dirigido hacia la ingesta de alimentos hipercalóricos, abundantes en grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros nutrientes saludables.
- La tendencia a la baja en la realización de actividad física, debido a la naturaleza sedentaria de muchas actividades de ocio.
- Falta de políticas de apoyo en materia de agricultura, transportes, planificación urbana, medio ambiente, educación y tratamiento de los alimentos.
A todo ello, se suma la falta de capacidad de decisión que tienen los niños y adolescentes sobre su propia dieta, ya que no pueden elegir el entorno en el que viven ni, en buena parte de los casos, los alimentos que consumen. Además, a su edad, la capacidad de entender las consecuencias de su mala alimentación es limitada, por lo que no reparan en la importancia de mantener una dieta saludable.
Diferentes estudios apuntan también a la importancia de los factores genéticos como motivo de obesidad infantil, encontrando similitudes en el Índice de Masa Corporal de padres e hijos a partir de los 3 años. En caso de que uno de los padres sea obeso, el riesgo de padecer obesidad se triplica, pero si ambos lo son, esa posibilidad se multiplica por 15. Tampoco se pueden obviar los hábitos de la madre durante el embarazo, el peso al nacer o la alimentación del bebé durante el primer año de vida.
¿Cómo se puede prevenir?
En el caso de la obesidad infantil, la prevención es el mejor tratamiento que se puede seguir para evitar sus efectos negativos sobre la salud a corto y a largo plazo, ya que es muy difícil combatir la enfermedad una vez establecida. Esta es una lucha en la que todos debemos aportar nuestra colaboración: desde los padres hasta las instituciones educativas, pasando por los profesionales sanitarios y las administraciones:
- Esa prevención empieza por los padres. Es importante evitar la malnutrición y el tabaco durante el embarazo, así como practicar ejercicio físico moderado y hacer los controles pertinentes con el fin de detectar una posible diabetes gestacional. Además, se debe apostar por la lactancia materna como forma de alimentación del pequeño, especialmente en el primer año de vida. ya que la los niños alimentados con lactacia materna presentar menor riesgo de desarrollar obesidad.
- Procurar que la alimentación se dé en un sitio fijo, con una dieta controlada, sin saltarse comidas ni picar entre horas.
- Disminuir las horas de televisión, ordenador y videojuegos, además de apostar por el juego en la calle y el ejercicio físico.
- Los centros educativos deben evitar la venta de productos azucarados y controlar las dietas, en caso de que el niño acuda al comedor. Además, el componente educativo es muy importante en la prevención, incluyendo en las clases formación nutricional y buenos hábitos alimenticios. Por último, en caso de poder acudir al centro andando, es muy recomendable que se haga.
- Hacer revisiones de salud periódicas en la infancia y adolescencia para detectar posibles problemas de sobrepeso.
- Controlar la salud de los padres y fomentar pautas saludables, ya que, en caso de ser personas obesas, las posibilidades de transmitir el sobrepeso a sus hijos aumentan considerablemente.
- Una apuesta decidida de los gobiernos por el control de las dietas que se consumen en los comedores escolares y por el fomento de la actividad deportiva.
¿Cómo es la dieta ideal?
En caso de incorporar alimentos más saludables a la dieta de los pequeños, es importante saber que, sin una serie de medidas que acompañen a ese cambio de alimentación, perderá eficacia. La práctica de más ejercicio físico y la disminución de actividades sedentarias son imprescindibles para conseguir el cambio de tendencia y evitar la obesidad infantil.
Una buena alimentación de niños y adolescentes debe seguir estas pautas:
- Un aumento en el consumo de cereales integrales, frutas y hortalizas, legumbres y frutos secos.
- Un mayor consumo de pescado.
- Disminuir las carnes ricas en grasa saturada.
- Reducir la ingesta de grasas, especialmente las saturadas y trans presentes en alimentos como embutidos, precocinados o bollería industrial.
- Minimizar los azúcares procedentes de productos como snacks, golosinas o bebidas azucaradas.
- El número ideal de comidas diarias es de 5, en las que hay que incluir siempre un buen desayuno
Con prevención y buenos hábitos, la obesidad infantil será un problema más fácil de atajar. Si necesitas orientación, cuentas con la ayuda de tu médico para hacer un seguimiento del caso y darte toda la información que necesites.