A todos nos ha pasado alguna vez que, tras un largo día en la playa, llegas a casa, te duchas y aparece una zona enrojecida en la piel: la temida quemadura solar. Los síntomas suelen aparecer entre 1 y 24 horas tras la exposición al sol, y los síntomas más frecuentes son sensación de quemazón, picor e incluso dolor en la piel, y una intensa coloración roja que da paso a una descamación.

Durante el verano, las quemaduras solares son una de las principales consultas en el mostrador de la farmacia, y en la mayor parte de los casos se suelen resolver en casa siguiendo algunas recomendaciones. ¿Quieres saber más?, ¡Sigue leyendo!

¿POR QUÉ NO NOS QUEMAMOS SIEMPRE Y TODOS POR IGUAL?

La radiación responsable de las quemaduras solares es la producida por los rayos UVA y UVB, siendo esta última especialmente intensa en verano y la más peligrosa.

Además el índice UV varía en función de la estación del año, la hora del día y la ubicación geográfica, y con ello la probabilidad de que se produzca una quemadura.

Tenemos que recordar que incluso en los días nublados, hasta el 80% de la radiación atraviesa las nubes, por lo que es importante protegerse siempre del sol.

Un factor clave para determinar la sensibilidad de cada persona a la radiación solar es el fototipo, es decir, la capacidad de adaptación al sol que tiene cada persona, y que viene determinado por el color de la piel. De esta forma, las personas con pieles claras tienen mayor riesgo de sufrir quemaduras solares. ¿Quiere esto decir que las personas con piel oscura no se queman? En absoluto, las personas con piel oscura necesitan utilizar fotoprotección igualmente, pero su resistencia a las quemaduras solares es mayor.

CLASIFICACIÓN DE LAS QUEMADURAS SOLARES

Las quemaduras solares se clasifican en grados según su gravedad.

  • En las quemaduras de primer grado solo hay afectación de la capa más superficial de la piel, la epidermis, y los síntomas son enrojecimiento, sensación de quemazón o picor y calor.
  • En las quemaduras de segundo grado, la afectación llega a las capas más profundas de la piel, y se pueden formar ampollas con líquido en su interior. Son lesiones más dolorosas y requieren un control más exhaustivo.
  • Y las quemaduras de tercer grado son las más graves, en las que hay una afectación  importante del tejido, pudiendo producirse una necrosis en la piel.

TRATAMIENTO Y RECOMENDACIONES

El objetivo del tratamiento será la rehidratación, calmar la irritación de la piel, bajar la inflamación y el enrojecimiento.

  • Lo primero que debes hacer es enfriar la zona, ya sea con una ducha de agua fresca o aplicando compresas mojadas sobre la piel. Nunca se debe aplicar hielo directamente ya que se puede lesionar más la zona.
  • Beber abundante agua es fundamental para reponer los líquidos que se han perdido por la deshidratación.
  • Se debe evitar la exposición solar directa durante los días posteriores, protegiéndose con gorras, ropa holgada y bajo una sombrilla.
  • Es importante aplicar lociones hidratantes y calmantes sobre la piel, preferiblemente ligeras o de base acuosa. Las cremas after sun contienen activos como el aloe vera, el agua de uva, el agua termal o la glicerina, que actúan hidratando y calmando la piel, y también activos antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres.
  • En el caso de que hubiese mucha inflamación o sensación de quemazón, un profesional sanitario se puede valorar la necesidad de recurrir a corticoides tópicos de baja dosis, como la hidrocortisona.
  • Si se llegasen a producir ampollas, se deben de tratar con productos antisépticos y vendajes suaves, y nunca se deben romper, para evitar su infección.
  • Para calmar el dolor o las molestias se puede recurrir al empleo de los analgésicos habituales, como el ibuprofeno o el paracetamol.

¿CUÁNDO DEBO ACUDIR AL MÉDICO?

Si las molestias no remiten o son muy intensas, aparece fiebre alta, o bien si la quemadura abarca una zona amplia de la piel y aparecen síntomas como náuseas, mareos, sensación de debilidad, diarrea o confusión, puede que estemos ante una insolación. En este caso se debe acudir al médico. Lo mismo ocurre si la quemadura solar se ha producido en bebés, niños o ancianos, ya que conlleva un riesgo más alto.

CONSECUENCIAS DE LAS QUEMADURAS SOLARES

Como farmacéuticos, insistimos mucho en la prevención, que es fundamental en el caso de las quemaduras solares.

Hoy nos toca recordar la famosa frase de “la piel tiene memoria”, ya que las quemaduras solares repetidas dañan la piel hasta el punto de no repararse.

Las consecuencias más inmediatas son el envejecimiento de la piel, las hiperpigmentaciones y hacernos más proclives a padecer un melanoma o a lesiones cancerígenas.

Por último, te dejamos estos cuatro consejos para que disfrutes al máximo de los días de verano de forma segura:

  • Aplícate el fotoprotector SPF50+ cada dos horas, media hora antes de la exposición y después de cada baño.
  • Cúbrete la cabeza con un sombrero o gorra y busca la sombra siempre que puedas.
  • Mantente bien hidratado, bebiendo agua de forma regular.
  • Y por último evita la exposición solar en las horas centrales del día, cuando la radiación alcanza su máxima intensidad.

Si tienes dudas sobre cómo debes aplicarte el fotoprotector, no dudes en consultar este artículo https://enclavedesalud.es/fotoproteccion-no-te-quedes-corto/

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