El principio del año nos trae buenos propósitos. ¿Todos los años te marcas los mismos objetivos, pero no los consigues? Eso nos pasa a muchos. Pero ese no es motivo para tirar la toalla.

Hemos hablado de hábitos saludables largo y tendido. Aquí te dejamos un artículo sobre los 4 pilares de autocuidado bastante completo.

Hoy te ofrecemos un nuevo artículo de inicio de año que esperamos que te ayude a definir tus objetivos de forma personalizada y a lograrlos aplicando algunos principios de la filosofía estoica que está tan de moda estos días. 

1. Propósito

Tal vez la frase más conocida del estoicismo pertenece a Séneca, que dijo:

“No hay viento favorable para un barco que no sabe hacia qué puerto se dirige”.

La filosofía estoica tiene presentes dos ideas aquí.

  • Descubre y define tus propósitos y tus objetivos.
  • Tus propósitos y objetivos deben ir acorde con tu naturaleza.

Cuando hablamos de hábitos saludables la naturaleza tiene que ver con aquellas cuestiones que nos llevan a mejorar nuestra situación sin poner en riesgo nuestra salud. Eso implica entender básicamente cómo funciona nuestro organismo. Por ejemplo, la vida sedentaria no es acorde con nuestra naturaleza, ya que nos lleva a la enfermedad. De la misma manera la alimentación basada en los cereales o las dietas hiper restrictivas no están sintonizadas con la naturaleza igual que cualquier hábito que te lleve a no descansar lo suficiente. 

Dentro de cada una de estas categorías de autocuidado, en las líneas naturales que marca la propia naturaleza humana, hay una variabilidad personal. Busca tus necesidades y define tus objetivos en base a tu naturaleza.

2. Acción

Otra de las frases más conocidas de la filosofía estoica es de Epicteto, que dijo:

“Descubre la persona que quieres ser y toma acción”.

Epicteto fue un esclavo, pero aún en su situación de falta de libertad pensaba en quién quería ser y se ponía manos a la obra. 

La filosofía estoica está empapada de disciplina. La disciplina es la capacidad de realizar, sin dilación, una acción que se sabe necesaria y que nos acerca a un resultado deseado.

  • Es más fácil ser indisciplinado que disciplinado. Siempre será más fácil levantarse tarde y llegar tarde, que madrugar y llegar temprano. Siempre será más fácil quedarse en el sofá que ir al gimnasio. La cuestión es lograr la disciplina necesaria para hacer lo que hay que hacer para llegar a donde quieres llegar.
  • La disciplina es una actividad de tiempo completo. Dice Jim Rohn que la disciplina para hacer la cama es de la misma naturaleza que para hacer cualquier otra cosa. La disciplina no es más que el fruto de una mente entrenada para tomar la decisión de actuar y actuar ya. Se puede entrenar con cosas tan sencillas y banales como hacer la cama todos los días, dejar los platos limpios o dejar la ropa en el armario.
  • La disciplina es el catalizador del futuro. Es la gasolina que te acerca a tus objetivos, a través de acciones concretas. Por eso, cultivar la disciplina es una de las mejores cosas que puedes regalarte.

3. La trampa de la gratificación instantánea

La disciplina requiere fortaleza y tiene dos grandes enemigos: la evitación de lo incómodo y la búsqueda del placer inmediato. Para trabajar la disciplina, los estoicos proponen dos ejercicios:

  • Exponte voluntariamente a situaciones difíciles. Evitar lo incómodo, además de volverte frágil, conduce a la mediocridad. Cualquier logro significativo requiere de múltiples formas de incomodidad. Evitar lo que nos resulta molesto y fastidioso nos convierte en personas débiles, solo siendo capaces de atravesar pasajes incómodos podremos llegar a un lugar mejor.

Dice Scott Adams, el autor de Dilbert en su libro Cómo fracasar en casi todo y aun así triunfar:

“Con el paso de los años he cultivado una relación única con el fracaso. Lo invoco y lo sobrevivo. Lo padezco. Y luego le saco todo el jugo que pueda”.

Sobrevivir a situaciones difíciles, aunque sea asumiendo un fracaso, es una experiencia de crecimiento.

  • Renuncia a la gratificación instantánea. La habilidad de retrasar la gratificación inmediata y efímera por una recompensa significativa más adelante es una de las claves de la disciplina, y posiblemente de la vida y de la consecución de objetivos. También es una de las claves que hacen al ser humano una especie diferente de cualquier animal sobre la tierra. Quien domina esta capacidad es capaz de marcarse y conseguir objetivos más elevados.

4. Cultiva la quietud y la reflexión

Todas estas técnicas de Mindfullnes u otros tipos de meditación que están tan de actualidad no son más que maneras de cultivar la quietud. ¿Has leído Reina Roja de Juan Gómez-Jurado? En ella, Antonia Scott tiene una capacidad intelectual impresionante, casi sobre humana, pero le cuesta mucho apagar su pensamiento y centrarse en algo concreto durante mucho tiempo. El objetivo de practicar la meditación es lograr ser funcional en cualquier circunstancia y bajo cualquier nivel de presión o estrés. Lograr pagar los imputs a voluntad para centrarse en la tarea que tienes delante o en desliar la madeja de complejidad que lo rodea casi todo.

Los estoicos hablan de la “Dicotomía del control”. Epicteto dice:

“Entonces, ¿qué? Hemos de organizar lo mejor posible lo que depende de nosotros y servirnos de las demás cosas tal como vienen”. 

Esta es una de las cuestiones peor comprendidas de la filosofía estoica. No se trata de conformarse, de no tomar acción, de aspirar a poco, de las cosas que suceden no te importen o no te duelan. Para nada, el estoicismo es esfuerzo, superación, análisis, crecimiento constante. Pero para poder aspirar a esto es necesario diferenciar aquellas cuestiones que dependen en alguna manera de nosotros y esforzarnos en ellas, y detectar aquellas que nos vienen dadas sobre las que no tenemos control, y trabajar con ellas sin amargarnos y sin gastar energía en ellas. 

Para esto necesitamos la reflexión. La reflexión estoica es la práctica de analizar los días ¿Dónde fue puesta a prueba tu disciplina? ¿En qué situaciones tuve que superponerme a mis propias resistencias? ¿Caí en algún momento? ¿Esta situación me viene impuesta o puedo hacer algo al respecto? Deja que las respuestas guíen tu camino hacia actuar siempre con virtud y ser cada día la mejor versión de ti mismo.

Te invitamos a investigar más sobre la filosofía estoica con el libro de Javier G. Recuenco y Guillermo de Haro: El pequeño libro de la filosofía estoica. Y con Invicto de Marcos Vázquez.

Aprovechamos la oportunidad para desearte un feliz año nuevo y que el 2023 te traiga todo lo que deseas. 

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