Un tensiómetro puede ser un regalo adecuado en estos días de fiestas. Siempre es bueno tener uno en casa. En este artículo vamos a explicarte algunas cosas sobre cómo elegir un buen tensiómetro y cómo usarlo para que disipen todas las dudas.

Empecemos por el principio: ¿Qué es un tensiómetro?

Un tensiómetro es una herramienta para medir la presión arterial. Sobre la presión arterial ya hemos escrito en alguna ocasión. Puedes leer este artículo para ponerte en contexto.

Uno de mis primeros recuerdos es mi abuela sentada hinchando un manguito que le apretaba el brazo con una perilla de goma y viendo atentamente una especie de reloj con una cosa rarísima en los oídos. Aquello era un estetoscopio y un esfigmomanómetro aneroide – nombres que aprendí mucho después- y lo que hacía era un seguimiento de su presión arterial. Puede que ese recuerdo tenga ya 30 años.

En mi época de estudiante, durante mis prácticas tuteladas en farmacia, usábamos un esfigmomanómetro de mercurio para ver la tensión de los pacientes. El sistema era básicamente el mismo, aunque la columna de mercurio permitía una mayor precisión.

Aquellos sistemas tradicionales funcionaban muy bien. El mayor problema que ofrecían era que, aunque el aparato podía calibrarse, dependías siempre de escuchar claramente el último y el primer latido del corazón durante el proceso. Eso de mezclar la capacidad auditiva de una persona en la medida es un factor de confusión difícil de manejar.

Hoy, aunque hay quien sigue usando los sistemas tradicionales, lo más habitual es usar tensiómetros automáticos que simplifican el proceso y dan resultados muy fiables.

Sin duda, si estás pensando en comprar uno para ti o para algún familiar, hazte con uno automático.

Diferentes tipos y diferentes calidades

Un tensiómetro es un dispositivo médico que debe cumplir unos estándares de calidad. Desgraciadamente se pueden encontrar tensiómetros sin ningún tipo de validación ni garantía de precisión en la medida y esto puede tener serias consecuencias. Estas son algunas cuestiones importantes a la hora de comprar un tensiómetro:

  • Que esté clínicamente validado. Todos los tensiómetros que están validados lo dicen claramente. Si no lo pone, no está validado y no puedes fiarte del resultado.
  • Que sea fácil de usar. Existen tensiómetros que se sincronizan vía bluetooth con tu teléfono y te hacen unas gráficas chulísimas con tu tensión máxima y mínima y que puedes exportarlas en Excel o publicar los resultados directamente en un reel de Instagram. Pero quizá no sea eso lo que necesitas. Tal vez sea mejor idea tener un tensiómetro de calidad, muy fácil de utilizar y que podáis usar tú y tu abuela sin tener que hacer un master del universo. A ver, no me malentiendas. Si eres una persona que se maneja mucho con la tecnología y te encanta la idea de tener el último avance tecnológico, fantástico, hay verdaderas virguerías para ti. Pero, en general, no es lo que la mayoría de las personas necesitan. Mi experiencia es que muchas personas mayores tienen miedo de no entender el tensiómetro y la mayoría de las marcas hacen versiones en las que solo hay que apretar un botón y ver el resultado.
  • De muñeca o brazo, da igual pero… los de brazo suelen ser más caros, ya que tienen que llevar toda la tecnología en un aparato muy pequeño, y medir correctamente con ellos puede ser más difícil.

Todo esto no sirve de nada si… no sabes cómo se usa

La medida de la presión arterial que puedas hacer en tu casa no sustituye a que la que pueda hacerte un profesional sanitario.

No dejes de ir a tus revisiones porque te veas la tensión en casa.

Es una buena forma de hacer un seguimiento y ver si algo cambia pero, por favor, que el tensiómetro sea una fuente de salud y no de problemas.

Para hacer una correcta medición sigue los siguientes pasos:

  1. Prepárate. Busca el momento adecuado. Ten en cuenta que la medida de la presión lleva unos 10 minutos. No fumes, no tomes café o bebidas con cafeína ni hagas ejercicio físico la media hora antes de la medición.
  2. Siéntate. Espalda erguida y apoyada, pies sobre el suelo sin cruzar.
  3. Colócate el brazalete. Aunque cada tensiómetro puede ser un poco diferente, en general el brazalete debe colocarse justo por encima de la flexión del codo y con el brazo al descubierto. El brazo debe estar apoyado de manera que el brazalete quede a la altura del corazón. Si haces una medición con un tensiómetro de muñeca lee las instrucciones, probablemente pongan que la muñeca debe estar a la altura del corazón.
  4. Descansa 5 minutos. Es buena idea que estos minutos los dediques a respirar profundamente y relajarte.
  5. Mide la presión 3 veces con un minuto entre cada medida. Anota las tres medidas y haya la media. Si ves que una medida sale muy diferente de las otras tres puedes descartarla.
  6. Apunta el resultado para hacer un seguimiento.

¿Cómo valoro el resultado?

En una ocasión, una médico nos llamó a la farmacia y nos pidió que le viésemos la tensión a una paciente durante unos días. Era una señora mayor con un problema renal. La doctora nos advirtió que la tensión objetivo de esta señora era de 190/120mmHg, y que por debajo de eso entraría en fallo renal. Esta no es una tensión habitual, pero era la que esta señora necesitaba tener. Esta anécdota me sirve para explicar que, aunque hay unas medidas estándar de la presión arterial, algunos pacientes pueden tener unos objetivos diferentes por diferentes patologías.

Haz siempre caso a tu médico, ya que él te conoce e interpreta tu estado de salud general.

Según la Fundación Española del Corazón la presión arterial sistólica (la máxima) debe estar entre los 120 y los 129 mmHg, y la diastólica (la mínima) entre los 80 y los 84 mmHg. Cifras más bajas también se consideran normales siempre que no provoquen ningún síntoma. Estas son medidas ideales para adultos sanos y pueden ser diferentes según la situación de cada persona. Tampoco sirven como referencia en niños.

En cualquier caso… ¿en qué me tengo que fijar?

  • No es buena señal que las medidas máxima y mínima se acerquen.
  • Aunque pueden variar, en general deberías tener más o menos siempre la misma presión. Una variación drástica en la presión arterial mantenida durante varios días es motivo de consulta.
  • Una tensión muy alta, por encima de 180/110mmHg es motivo de consulta urgente.

Terminamos este artículo con tintes navideños con lo de siempre: si tienes dudas, busca a tu farmacéutico de confianza y pregúntale, que para eso estamos. Como recomendación, no le compres un tensiómetro a nadie que no pueda explicarte cómo usarlo, eso te ahorrará sustos y problemas ¡y no dejes de hacer tus revisiones habituales!

Algunas claves

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