La copa menstrual representa una alternativa más entre los productos que tenemos para recoger el flujo de la menstruación. Sin embargo, por diferentes motivos, su auge en los últimos años está siendo incontestable.

Cabe decir que la copa menstrual no es un método novedoso, ya que desde los años 80 se comercializa en su formato reutilizable, pero nunca había tenido el reconocimiento del que goza en la actualidad. Su tipología se ha diversificado y la accesibilidad a ella es cada vez mayor.

Con todo ello, la copa se está convirtiendo en algo familiar en nuestro entorno. No obstante, debemos tener varios detalles en cuenta antes de saber si nos conviene escogerla. Os contamos los motivos que hacen que cada vez se emplee más, os damos unas pautas fáciles de uso y también algunas recomendaciones para que vuestra experiencia con la copa menstrual sea satisfactoria.

La mecánica con la que trabaja este método es muy básica, pues no es más que un pequeño recipiente que se introduce en la vagina durante el sangrado menstrual. De esta forma, se adapta a las paredes vaginales con independencia del movimiento que se haga y recoge todo el flujo menstrual gracias a su estanqueidad, evitando cualquier posible fuga.

Estudios científicos avalan que la copa menstrual es un método seguro y eficaz para las mujeres en los días de regla. El incremento de su demanda es notorio, ya que, en los últimos 5 años, el interés por ella ha crecido en un 500%.

Un auge así no aparece por casualidad. Son varios los motivos por los que la copa se está convirtiendo en un producto de referencia para la menstruación.

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE LA COPA MENSTRUAL?

No son pocos los beneficios que han dotado a la copa menstrual del buen estatus que tiene en la actualidad. El primero de ellos es que está íntegramente fabricada con silicona de grado médico, por lo que no desprende sustancias dañinas, evitando las reacciones alérgicas, además es un material no poroso, no absorbente y no fibroso, por lo que no araña ni seca las paredes vaginales ni deja restos de fibra. Esto es algo que puede ocurrir, por ejemplo, al retirar un tampón con poco flujo, que además de ser algo molesto puede provocar irritaciones y predisponer  a posibles infecciones por la lesión de la mucosa. Siempre debemos tener presente que la copa es un sistema de recogida del flujo y no de absorción, por lo que evitamos introducir productos que pueden permanecer impregnados en nuestro interior durante horas.

Otra ventaja a la que debemos hacer referencia es la capacidad. En los primeros días cuando el flujo es más abundante se recomienda vaciarla cada 6-8 h aunque podemos portar una copa menstrual durante 12 horas sin fugas, ya que puede contener, de media, unos 30 ml de flujo. Tras el vaciado se puede volver a colocar, pero no es necesario que estemos pendientes de cambiarla constantemente como en el caso de otros productos.

La copa tiene uno de sus puntos fuertes en la higiene, al ser resistente a las bacterias e hipoalergénica. Lavándola de manera adecuada, evitamos posibles infecciones. Por otro lado, es una elección más ecológica, ya que al ser reutilizable no genera residuos. Como ejemplo, se estima que el aplicador de un tampón puede llegar a tardar 500 años en descomponerse.

Y por supuesto, el efecto más notorio es el que repercute en nuestro bolsillo. Podemos utilizar la misma copa menstrual hasta 5 años, y su precio ronda los 30 euros. Es una cantidad mucho menor a la que invertimos en productos menstruales desechables, como compresas o tampones, en los que gastamos unos 65 euros anuales, aproximadamente.

¿CÓMO EMPLEARLA?

Existe un tipo de copa menstrual ideal en función de las condiciones fisiológicas que presente cada mujer. Por un lado, se recomienda la copa menstrual de talla grande a mujeres que hayan dado a luz por vía vaginal o que tengan un suelo pélvico débil. Por otra parte, con un diámetro inferior, las copas de talla pequeña están indicadas para usuarias que no hayan dado a luz por vía vaginal y que, además, presenten un suelo pélvico tonificado. La sensibilidad de nuestra vejiga también puede ser un factor importante para decantarnos por esta opción. En nuestra farmacia nos darán toda la información para que la elección que hagamos sea la correcta.

Puede que utilizarla nos cueste un poco al principio, pero hay una serie de recomendaciones que debemos cumplir. Para empezar, debemos esterilizarla, antes del inicio del período. Con ello, garantizamos que esté perfectamente higienizada y, además, prolongamos su vida útil.

Para insertarla en la vagina, lo primero es ponernos en la posición que nos sea más cómoda. Hecho esto, la introducimos y la colocamos hasta que notemos que forma un vacío con el que nos aseguramos que ha sellado las paredes vaginales y así evitamos fugas.

Para retirarla, lo primero es relajar completamente los músculos vaginales. Acto seguido, sujetamos la base de la copa y pellizcamos suavemente para liberar el vacío. Hecho esto, tiramos ligeramente para no derramar el contenido.

A TENER EN CUENTA

Aunque la copa menstrual no requiere unos cuidados exhaustivos, sí que debemos seguir una serie de pautas para hacerla más duradera y aumentar su seguridad. Por ejemplo, algunas copas vienen acompañadas de una pequeña bolsa de algodón, o de una caja para su esterilización. Es importante que, durante el tiempo que no la usemos, la introduzcamos en esa bolsa o caja, a ser posible en un lugar fresco y seco. Es recomendable esterilizarla antes del inicio de la menstruación.

Es importante lavarse bien las manos antes de proceder a su extracción para el vaciado y, aunque se recomienda lavarla con agua antes de colocarla de nuevo, si no tenemos un grifo a nuestro acceso también podemos limpiarla con toallitas húmedas.

En la farmacia disponemos de copas menstruales de diferentes tamaños, diseños, colores y precios para poder decidir libremente la que mejor se adapta a nosotros. Es solo cuestión de consultar a nuestro farmacéutico y probar el producto menstrual más demandado del mercado.