Estoy embarazada, ¿me puedo tomar cualquier medicamento sin prescripción?

El embarazo es una etapa única en la que el cuerpo de la mujer experimenta importantes cambios fisiológicos, y el autocuidado representa una parte muy importante en el bienestar de la futura madre y en el desarrollo saludable del bebé.

Cada elección, desde los alimentos que ingerimos hasta los medicamentos que necesitamos, desempeña un papel crucial en el camino hacia un embarazo saludable.

En el caso de los medicamentos, dichos cambios fisiológicos pueden alterar tanto la eficacia como la seguridad de los mismos, y lo más importante a tener en cuenta, es que la mayoría de medicamentos atraviesan la barrera placentaria, pudiendo afectar negativamente al desarrollo del feto.

Por ello es de vital importancia que la ingesta de medicamentos por parte de la mujer embarazada se haga bajo un estricto control médico, valorando el balance beneficio-riesgo en los tratamientos crónicos y al inicio de nuevos tratamientos.

¿Y QUÉ OCURRE CON LOS MEDICAMENTOS SIN PRESCRIPCIÓN MÉDICA?

Es común que durante el embarazo surja la necesidad de utilizar medicamentos, y los estudios indican que un alto porcentaje de mujeres embarazadas los consume durante este periodo. Ahora comienza la etapa de resfriados y gripes, y muchos de estos medicamentos se pueden adquirir en la farmacia sin receta médica, pero, ¿Quiere ello decir que los medicamentos sin receta se pueden consumir libremente durante el embarazo?

La respuesta es que no, en este caso, ocurre lo mismo que con los medicamentos con prescripción.

Su uso debe de estar siempre supervisado por un profesional sanitario, y se debe preguntar al farmacéutico en caso de duda.

En el prospecto de cada medicamento podemos encontrar un apartado de información con las recomendaciones para embarazo y lactancia, establecidas por las agencias reguladoras, que, en base a estudios científicos y experiencia clínica, evalúan su seguridad.

¿Y QUÉ SIGNIFICAN LOS DISTINTOS MENSAJES QUE NOS PODEMOS ENCONTRAR EN EL PROSPECTO DEL MEDICAMENTO?

“Este medicamento no se debe tomar durante el embarazo a no ser que su médico considere que es estrictamente necesario.” o “Si está embarazada o en periodo de lactancia, cree que podría estar embarazada o tiene intención de quedarse embarazada, consulte a su médico o farmacéutico antes de utilizar este medicamento.”  son algunos de los mensajes que puedes encontrarte en el prospecto del medicamento, y su explicación es la siguiente:

Por cuestiones éticas no se diseñan estudios específicos en mujeres embarazadas, y, en algunos casos, debido a que la mayor parte de la información que existe sobre los efectos de los medicamentos en las mujeres embarazadas proceden de estudios epidemiológicos o de experimentación con animales, puede que la información sea limitada, dejando siempre la decisión final por parte del médico.

Además, la forma en la que el fármaco puede afectar al feto depende, en gran parte, de la etapa en la que se encuentre el embarazo y de la dosis del medicamento, por lo que es de vital importancia individualizar cada caso valorando siempre el beneficio para la madre y el riesgo para el bebé.

¿Y QUÉ PASA CON LOS MEDICAMENTOS A BASE DE PLANTAS O “NATURALES”?

Pues se aplica el mismo criterio. Que la composición de un medicamento sea a base de plantas no lo convierte en algo inocuo para el embarazo, ya que en muchos casos o no existe una seguridad establecida por parte de los ensayos clínicos o, directamente, que estén contraindicadas durante el embarazo, ya que pueden tener efectos perjudiciales para el feto o actividad abortiva.

Sin embargo existen aliados en fitoterapia para tratar de mitigar algunos síntomas comunes durante el embarazo, como el jengibre para las náuseas, el arándano rojo para las infecciones de orina, o la manzanilla y el hinojo para el malestar digestivo.

En conclusión, es muy importante que  durante el embarazo no se recurra a la automedicación, y en el caso de necesitar algún tratamiento se consulte siempre con el médico o el farmacéutico, para evaluar su seguridad y el balance de beneficio/riesgo que pueda conllevar.

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