El miércoles 16 de noviembre se celebra el Día Mundial de la EPOC. Por esta razón, hacemos un repaso de los aspectos más relevantes de esta enfermedad.

Es una enfermedad frecuente que es prevenible y tratable, caracterizada por una limitación persistente al flujo aéreo, que normalmente es progresiva y se asocia a una respuesta inflamatoria acentuada y crónica de las vías respiratorias y los pulmones ante la exposición a partículas o gases nocivos.

Va a provocar una dificultad del paso del aire debido a una inflamación en el interior de los bronquios.

EPOC

Síntomas principales de la EPOC 

  • Disnea: ahogo o sensación de falta de aire, en fases más avanzadas, puede aumentar al realizar un esfuerzo, como subir escaleras, ir al baño o coincidiendo con un resfriado o una infección respiratoria. Se desarrolla de forma progresiva hasta limitar las actividades de la vida diaria.
  • Tos crónica: con frecuencia por las mañanas y acompañada o no de expectoración. Al dejar de fumar, en muchas ocasiones la tos disminuye al cabo de unos meses, aunque no deja de estar presente.
    El humo del tabaco va a ser el principal factor de riesgo asociado a la EPOC. El tabaco es el productor de la enfermedad en el 75-80% de los casos.
  • Expectoración: tener flemas por las mañanas, al levantarse de la cama.

Factores relacionados con el desarrollo de la EPOC

  • Contaminación ambiental: los factores genéticos aumentan en mayor o menor medida la susceptibilidad individual ante la exposición de estos factores ambientales.

  • Contaminación en ambientes cerrados.

  • Factores ocupacionales, relacionados con determinados puestos de trabajo en ambientes con elevados niveles de partículas o gases nocivos:

    • Polvos orgánicos: muy comunes en la agricultura (silos, granos, madera, paja, animales estabulados…), la industria maderera (aserraderos, fábricas de muebles), y la industria textil primaria (algodón).
    • Metales: presentes en la industria petroquímica y del acero (Osmio, Vanadio), fabricación de baterías y galvanizados (Cadmio), producción de aluminio, etc.
    • Minerales, mezclas de polvos y humos: presentes en la minería, mecánicos, transportistas, trabajadores de la construcción.
  • Tabaquismo: es el factor de riesgo más relacionado con la EPOC. Los fumadores son los que más riesgos tienen de desarrollar la enfermedad, influyendo tanto el tiempo como el número de cigarrillos/día.

El consumo prolongado de tabaco produce cambios sobre la vía aérea mediante un mecanismo inflamatorio que afecta a vías aéreas principales y de pequeño calibre, septos alveolares y arterias musculares. Las paredes de los alveolos que son finas, se van a destruir, produciendo un engrosamiento e inflamación de los bronquios. Además, produce hipertrofia e hiperplasia de las glándulas mucosecretoras y una alteración de la movilidad ciliar, aumentando la secreción mucosa y dificultando su eliminación, obstruyéndose estas vías.

La EPOC es una enfermedad de mayor prevalencia en los hombres, debido al mayor índice de tabaquismo en los hombres durante toda la historia. Pero, el patrón está cambiando al aumentar el número de mujeres fumadoras (sobre todo mujeres jóvenes), ya que lo hacen con más fuerza y les cuesta más dejarlo, con lo cual la industria del tabaco las usa para su promoción.

Dejar de fumar mejorará la evolución de la EPOC, al igual que una actividad física regular, por lo que la cesación tabáquica es la principal medida para evitar el desarrollo y progresión de la enfermedad.

Espirometría

Es una técnica para la valoración y seguimiento de la función pulmonar de los pacientes con EPOC que están expuestos al humo del tabaco. 

Es una prueba que estudia el funcionamiento pulmonar analizando, en circunstancias controladas, la magnitud absoluta de los volúmenes pulmonares y la rapidez con que el paciente es capaz de movilizarlos. Es una técnica aparentemente sencilla, pero de ejecución compleja, por lo que requiere personal experto.

La espirometría forzada con prueba broncodilatadora valora la gravedad de la obstrucción y la limitación del paso del aire a través de los bronquios.

Tratamiento farmacológico de la EPOC 

Si al final el paciente necesita tratamiento farmacológico, los medicamentos que tenemos hoy en día van a mejorar los síntomas, a reducir la frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones, aumentando la tolerancia al ejercicio, pero ninguno va a modificar la progresión de la enfermedad.

Siempre hay que evaluar que el tratamiento sea el más adecuado al paciente, revisando siempre la técnica inhalatoria. Podemos medir la adherencia al tratamiento con sus inhaladores desde la farmacia con el Test TAI.

Es muy importante que el paciente tenga el inhalador más adecuado, y así lo use correctamente.

Tratamiento NO farmacológico de la EPOC 

  • Terapias respiratorias domiciliarias: sobre todo en pacientes con EPOC muy avanzado que entran en situación de insuficiencia respiratoria crónica, y que van a precisar oxígeno mejorar los síntomas y supervivencia.

  • Vacunas: los pacientes con EPOC deben vacunarse de la gripe todos los años. Evitamos así complicaciones que pueden ser graves si se contrae una gripe.
    Otra de las vacunas recomendada es contra el Neumococo, bacteria implicada en el origen de muchas neumonías e infecciones bronquiales.

  • Rehabilitación respiratoria: programas que incluyen un entrenamiento físico global, tanto de los músculos respiratorios para mejorar su fuerza y resistencia como del resto de musculatura (sobre todo piernas y brazos) para mejorar la tolerancia al ejercicio y disminuir la disnea.

FUENTES

SEFAC y SEPAR

AUTOR

Luis Serantes García

Farmacéutico Adjunto, GAT de Sociedad GRAP, Grupo Respiratorio y Tabaquismo de SEFAC, Grupo Berbés de Investigación y Docencia.

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