La gastroenteritis aguda es una de las enfermedades más frecuentes en niños. En Europa su incidencia es de entre 0,5 y 2 episodios al año en niños de menos de 3 años y aunque no se trata de una enfermedad que suela revestir gravedad,  ocasiona una importante demanda sanitaria y produce un elevado número de ingresos hospitalarios. En este artículo te explicamos qué es y cómo actuar ante la gastroenteritis aguda infantil.

¿Qué es la gastroenteritis?

Tanto el estómago como el intestino están revestidos de un tejido especializado llamado mucosa gástrica e intestinal. Sus funciones principales están relacionadas con la digestión y la absorción de nutrientes y con la protección del organismo frente a diferentes tipos de agresiones.

La gastroenteritis  es la inflamación de la mucosa gástrica e intestinal. Cuando la mucosa se inflama pierde su capacidad funcional y esto provoca una diarrea de inicio brusco, que es su síntoma más habitual. En ocasiones también pueden aparecer vómitos, fiebre o dolor en el abdomen.

En España, esta inflación suele ser consecuencia de una infección causada por un virus de la familia Rotavirus. Es especialmente frecuente en los meses fríos. En los meses cálidos aumentan los casos de gastroenteritis de origen bacteriano, causadas por Salmonella spp o por Campylobacter jejuni.

La gastroenteritis aguda infantil suele ser  un proceso autolimitado. Se resuelve por si sola, normalmente en menos de 7 días, y, por definición, siempre en menos de 14. Pero puede presentar complicaciones. La más importante es la deshidratación. La pérdida de agua y sales minerales puede ser peligrosa, especialmente cuando los niños tienen menos de 5 años.

¿Qué podemos hacer?

El abordaje de la gastroenteritis infantil se centra en la prevención de la enfermedad y en la prevención y el tratamiento de su posible complicación más importante: la deshidratación.

  • Prevención de la enfermedad.

La principal vía de contagio es fecal oral, por eso mantener unas correctas medidas de higiene es muy importante para evitar la transmisión. Para ello, la medida más importante es lavado de manos con agua y jabón o con desinfectantes hidro-alcohólicos.

La alimentación exclusiva con leche materna durante los primeros 5-6 meses de vida ha demostrado cierta protección contra la gastroenteritis aguda por Rotavirus en los primeros meses de vida.

En la actualidad disponemos de vacunas frente a Rotavirus. La vacunación está recomendada en los primeros meses de vida. Son vacunas seguras y eficaces.

  • Prevención y tratamiento de la deshidratación.

Se consigue con la administración de soluciones de rehidratación oral, también llamadas sueros orales. De esta manera se reponen agua, sales minerales y electrolitos en cantidades adecuadas que permiten al organismo recuperarse.

Existen varias presentaciones, pueden venir en sobres para preparar o en soluciones ya listas para su uso.

  • Los sobres: se preparan añadiendo agua en una cantidad indicada por el fabricante. Es muy importante usar solamente agua; no añadir ningún ingrediente, como, por ejemplo, azúcar; y no hervir el preparado.
  • Las soluciones ya listas para su uso: no deben diluirse ni se les puede añadir ningún ingrediente.

En los dos casos se pueden conservar 24 horas en nevera desde que se preparan o se abren. Conviene tomarlas a pequeños sorbos, de manera frecuente.

Las bebidas para deportistas o los refrescos no son adecuados como soluciones de rehidratación oral.

Los diferentes laboratorios que fabrican sueros orales se esfuerzan en conseguir sabores agradables. Si bien unos están más logrados que otros, en general es muy difícil evitar que tengan un sabor salado, dada su composición. Contienen, al menos, glucosa, bicarbonato y sales de sodio, de potasio y cloruro, esta composición consigue reponer las sustancias más importantes que se pierden en una diarrea aguda.

Las bebidas para deportistas, y algunos refrescos, pueden ser una buena opción cuando se pierde mucho líquido por sudoración tras hacer un ejercicio intenso, pero nunca lo son cuando hay una diarrea. En general, estas bebidas contienen contienen menos potasio, más sodio, más cloro y más azúcares que los sueros orales y pueden empeorar las diarreas.

Lo mismo ocurre con las preparaciones caseras. No se deben emplear por el riesgo de que su composición no sea la adecuada y la preparación resultante pueda empeorar el cuadro diarreico.

¿Qué más debo tener en cuenta?

  • No suspendas la lactancia. No es necesario y puede ser contraproducente. Ofrece el pecho al niño como de costumbre.
  • No uses leche de fórmula diluida. Nunca se debe dar a un bebé leche de fórmula más diluida o más concentrada de lo que marca el fabricante. El niño podrá comer más o menos cantidad, pero nunca debe alterarse la concentración.
  • No cambies a una fórmula sin lactosa. Puntualmente un pediatra puede recomendarte que cambies a una fórmula sin lactosa, pero solo debes hacerlo tras su indicación.

Mantén la alimentación habitual. Tanto en niños con dietas mixtas como niños que ya han dejado la lactancia. Los hidratos de carbono como el arroz, las patatas, el pan y los cerales son bien tolerados. También la carne sin grasa, el yogur, las frutas y los vegetales.

Recuerda

La gastroenteritis infantil no reviste gravedad y se resuelve por si sola en pocos días. Evita la deshidratación usando soluciones de rehidratación de calidad. Mantén la alimentación habitual sin forzar al niño y comenta con tu pediatra la posibilidad de vacunarle, especialmente en los primeros meses de vida.