La enfermedad celiaca es una enfermedad autoinmune crónica inflamatoria mulsistémica, que afecta no solo al intestino delgado, complicando la absorción de nutrientes necesarios para nuestro organismo sino que también puede provocar síntomas en otras zonas del organismo.

Esta patología viene provocada por la ingesta de gluten, una proteína presente en cereales de consumo habitual como el trigo, la avena, el centeno, la cebada o sus derivados, por parte de personas predispuestas genéticamente a padecer esta intolerancia.

Se estima que el 1% de la población española padece celiaquía, siendo más frecuente en mujeres  aunque un porcentaje muy elevado de pacientes está sin diagnosticar.

La celiaquía es una enfermedad permanente aunque no haya síntomas siempre que se ingiere gluten se produce un daño intestinal. En la actualidad el único tratamiento efectivo para la enfermedad celíaca es seguir una dieta exenta de gluten de por vida, la contaminación con pequeñas cantidades de gluten puede ser suficiente para reactivar la enfermedad, lo cual obliga a que las personas celíacas o sus cuidadores conozcan qué alimentos se pueden consumir, a que revisen el etiquetado de los alimentos y sean muy cuidadosos con las contaminaciones cruzadas (en casa, hay que mantener los alimentos sin gluten separados del resto, limpiar las encimeras antes de empezar a cocinar, lavado de manos, cocinar primero los platos sin gluten,…)

No solo hay que tener cuidado con los alimentos, hay que recordar que los medicamentos también pueden contener gluten en su composición.

Síntomas de la celiaquía

Como hemos comentado la celiaquía afecta al intestino delgado y provoca una inflamación de la mucosa y pérdida de las microvellosidades intestinales, disminuyendo la absorción de los nutrientes de los alimentos.

No hay una edad concreta para que haga aparición pero, una vez iniciada, esa sensibilidad al gluten permanece de por vida. Los síntomas, varían mucho de un paciente a otro dependiendo de la edad, duración y extensión de la enfermedad. Entre las manifestaciones más frecuentes están los relacionados con el sistema digestivo:  vómitos, diarrea, dolor abdominal y flatulencia, estreñimiento, retraso en el crecimiento en niños, anemia o alteraciones emocionales como apatía o irritabilidad, entre otros. Los síntomas en muchos casos son inespecíficos (derivados de la mala absorción intestinal) dificultando el diagnóstico.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la celiaquía se lleva a cabo por los síntomas, la biopsia intestinal y la determinación de anticuerpos específicos en sangre.

La respuesta al régimen estricto sin gluten en la mayoría de los casos es rápida ya que las molestias intestinales suelen desaparece a los pocos días.

Es obligado eliminar de la dieta todos aquellos alimentos que contengan trigo, cebada, avena y centeno aunque debemos recordar que el maíz y el arroz son inocuos para el paciente celíaco.

En el caso de los medicamentos, la presencia de determinados excipientes que contienen cantidades de gluten significativas, puede hacer que el medicamento en cuestión sea contraindicado o que deba emplearse con precaución por una persona celíaca. En el apartado Composición de los prospectos y etiquetado de los medicamentos que contengan gluten, aparecerá el almidón y la planta de la que procede, además de incluirse el nivel de gluten.

Consulta con tu farmacéutico cualquier duda relacionada con el uso de los medicamentos.

¿Te ha gustado esta información?

Puedes seguirnos en Facebook o en Instagram y suscribirte a nuestro boletín quincenal. También puedes ayudarnos compartiendo este artículo en tus redes sociales. ¡Muchas gracias!