Pues te pasa como a miles de personas. La llamada “luz azul” se ha puesto de moda en los últimos tiempos. Hay quién la relaciona con problemas para conciliar el sueño, desarrollo de problemas oculares como cansancio o problemas en la piel.

La luz azul no es nada nuevo

Seguro que alguna vez has leído o estudiado el espectro de la radiación electromagnética. Va desde la radiación con mayor longitud de onda, desde las ondas de radio, pasando por la radiación infrarroja, luego la luz visible, luego la ultravioleta y finalmente por la radiación de menor longitud de onda, los rayos X y los rayos gamma.

La luz azul no es algo novedoso a lo que no nos hayamos enfrentado nunca. Para nada, es tan antigua como la luz misma. Se trata de radiación de entre 380 a 500nm. Si nos fijamos en el espectro clásico vemos que coincide con la luz visible morada, azul y algunos tonos de verde. Entonces ¿Por qué tanto revuelo?

Porque la mayoría de las pantallas de móviles, ordenadores y tablets emiten una gran cantidad de luz azul a la que hace unos años no estábamos tan expuestos.

Lo que se dice y lo que se sabe

Dice una canción de hace algunos años: “El que habla no sabe y el que sabe no habla.” Y esto es lo que está ocurriendo con la luz azul. Lo que sabemos firmemente de cómo la exposición masiva a la luz azul afecta a la salud es realmente limitado. Frente a las dudas de los estudios científicos, algunas personas sacan conclusiones precipitadas y afirman con rotundidad cosas que no se pueden afirmar. Veamos lo que se dice y lo que se sabe:

1 Lo que se dice: “La luz azul produce cansancio ocular.”

Lo que se sabe: Cuando pasamos mucho tiempo delante de ordenadores, tablets o móviles notamos cansancio ocular. Esto está claro. Pero se puede afirmar que esto venga de la luz azul. Los estudios dicen que delante de estas pantallas parpadeamos menos y por tanto producimos menos lágrima así que al no hidratar y lubricar el ojo lo suficiente se produce sequedad, irritación y cansancio ocular.

2 Lo que se dice: “La luz azul es “mala” porque es totalmente artificial.”

Lo que se sabe: El mayor emisor de luz azul es… el sol. Nuestro astro rey es la mayor fuente de luz azul. Así que, aunque las pantallas emitan frecuencias de luz azul, igual que la luz LED o la luz fluorescente, no podemos decir que la luz azul sea artificial. Podemos generarla, pero está más que presente en nuestras vidas de forma natural.

3 Lo que se dice: “La luz azul afecta a la capacidad de conciliar el sueño”.

Lo que se sabe: La presencia de luz visible inhibe la producción de melatonina. Se ha estudiado que este efecto es mayor cuando hablamos de luz azul que de luz verde. De manera que sí, se puede decir que el uso y, especialmente, el abuso de luz azul antes de acostarse puede favorecer los problemas de insomnio. Si tienes problemas para conciliar el sueño puedes ver este artículo en el que hablamos más del tema.

4 Lo que se dice: “La luz azul provoca manchas y favorece el envejecimiento prematuro de la piel”

Lo que se sabe: La luz azul es capaz de producir daños en la piel aumentando la melanina cutánea, además se ha comprobado que estimula la formación de radicales libres y promueve la deshidratación. Todo esto favorece la aparición de arrugas y manchas. Aunque de momento, el efecto de la luz azul es muy bajo si se compara con la radiación ultravioleta. Es decir, lo realmente peligroso sigue siendo la radiación proveniente del sol, aunque hay que prestar atención a que la luz azul está cada vez más presente en nuestras vidas y podría tener algún efecto sobre nuestra piel.

5 Lo que se dice: “Los fotoprotectores de siempre protegen frente a la luz azul”

Lo que se sabe: Actualmente, la mayoría de los fotoprotectores no bloquean la radiación de luz azul, con la excepción de los que tienen color que pueden llegar a bloquear un 20% de esta radicación.

Lo que sí es cierto es que muchos fotoprotectores contienen activos de protección biológicos que evitan la oxidación producida por la luz azul.

Una no tan nueva realidad

La conclusión a la que podemos llegar es que la exposición a la luz azul ha aumentado drásticamente en los últimos años y debemos estar atentos a sus efectos. Es normal, natural y beneficioso para todos que la comunidad científica esté atenta a estos cambios. Sin embargo, de momento, la evidencia científica que hay sobre el efecto de la luz azul sobre la piel es limitada. Con lo que se sabe hasta ahora se puede decir que el peligro de la exposición a la luz azul es mucho menor que la exposición directa a al sol, que sigue siendo un factor clave en el envejecimiento prematuro de la piel y el aumento del riesgo de padecer cáncer de piel.

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