La diabetes es una enfermedad que lleva con nosotros desde los albores de la humanidad. En este artículo te contamos qué es y cuál es su historia con más detalle. Recuerda que en España, más de 2 millones de personas padecen diabetes y no lo saben.

Un poco de contexto

Las personas con diabetes tienen niveles elevados de glucosa en sangre. Con el paso del tiempo, esta concentración de glucosa elevada puede ser responsable de presentar complicaciones en distintos órganos: como en ojos, a nivel del sistema nervioso periférico y central, riñón y corazón.

Esos niveles alterados ocurren porque nuestro organismo no produce suficiente insulina o porque ésta no actúa adecuadamente.

La estrategia de tratamiento de la diabetes es compleja y depende del tipo (1, 2 o gestacional… esto puedes verlo en el artículo que hemos nombrado más arriba) y de las características propias de cada paciente.

La insulina cambió el mundo

Sí, este es uno de esos titulares que pretenden que sigas leyendo, pero no por eso deja de ser cierto. No hace tanto tiempo que las personas morían jóvenes por las complicaciones de la diabetes. Hoy, la enfermedad se ha enlentecido gracias a los tratamientos, y muchas veces se evitan las complicaciones a largo plazo gracias al tratamiento con insulina.

Vamos a revisar la estrategia de tratamiento de un paciente con diabetes tipo 2, pero antes recuerda que el tratamiento debe pautarse de forma independiente para cada persona y tal vez en tu caso, o en el de alguien que conozcas, no se han seguido estos pasos. Eso será porque el médico endocrino ha evaluado la situación y elegido un camino diferente.

La estrategia de tratamiento de la diabetes tipo 2

Antes de empezar, veamos dos conceptos.

  • El objetivo. Los pacientes con diabetes necesitan controlar sus niveles de glucosa en sangre. Este nivel se evalúa a través de la hemoglobina glicosilada, un parámetro que se analiza en un análisis de sangre e incluso se puede determinar con una pequeña punción en sangre capilar. El objetivo habitual es que esté por debajo del 7%.
  • La evolución de la enfermedad. La diabetes tipo 2 es crónica y va evolucionando. Cada vez el organismo es capaz de sintetizar menos insulina funcional y, a medida que vaya evolucionando la enfermedad, habrá que ir adaptando el tratamiento. Por eso los pacientes con diabetes necesitan un seguimiento por parte de su médico.

Vale, ahora sí, vamos allá.

La estrategia de tratamiento de los pacientes con diabetes tipo 2 es comenzar con un antidiabético oral, fundamentalmente con metformina. Cuando no es suficiente para conseguir el objetivo, se añade un segundo antidiabético oral con distinto mecanismo de acción.

Cuando no es suficiente se debaten dos opciones:

  1. Un tercer antidiabético oral
  2. El tratamiento con insulina.

Una cosa está clara: con el tiempo las células productoras de insulina se agotan y no producen más. Sea como fuere, al final habrá que utilizar insulina.

El miedo a la insulina

El 30% de las personas que requieren insulina son reacios a comenzar el tratamiento generalmente por miedo y otras barreras. El tema es complejo y estas barreras no solo afectan al paciente o a sus familiares o cuidadores, también están descritas barreras que afectan a los propios prescriptores y a otros profesionales sanitarios.

Vamos a ver algunas de las barreras que afectan a los pacientes y sus cuidadores.

  • Factores predictivos de no adherencia. En algunos casos, pacientes y cuidadores piensan que no habrá forma de administrar la insulina porque “debe ser muy difícil” o “debe ser muy doloroso”. La realidad es que administrar insulina es muy sencillo y, si se hace correctamente, indoloro.
  • Miedo por desconocimiento o desinformación. Afirmaciones como “la insulina produce ceguera” se escuchan en farmacias de todo el mundo, y seguro que en clínica también. La realidad es que la diabetes no controlada produce ceguera, la insulina ayuda a evitarlo.
  • Miedo al dispositivo. Algunos dispositivos de administración presentan dificultades reales para ciertas personas. El médico deberá seleccionar el dispositivo más adecuado a cada paciente. Además en las farmacias estaremos encantados de explicar cómo usarlos siempre que sea necesario.
  • Coste. En España el coste de la medicación es muy reducido ya que está financiado en un gran porcentaje y en función de las características del paciente. Cuando el coste debe ser asumido por el paciente o por sus familias este problema puede ser realmente grave.

A veces la llamada “insulinización” se retrasa por barreras que afectan a los médicos y a otros profesionales sanitarios. Por ejemplo, la falta de tiempo disponible en consulta, la falta de formación, las guías prácticas no adaptadas, la no gestión de comorbilidades o incluso la resistencia a la innovación terapéutica.

El miedo al miedo a la insulinización

La consecuencia es grave: el retraso en la insulinización. El tratamiento con insulina es, en muchos casos, la mejor alternativa terapéutica, la que logra el mejor control y la obtención de objetivos.

Retrasarla no solo empeora el pronóstico del paciente si no que además complica su instauración en el futuro. Por eso, lo realmente temible es el “miedo al miedo”.

Los farmacéuticos comunitarios podemos ayudar a vencer estar barreras, con artículos como este, pero también en nuestra comunicación diaria con los pacientes, ayudándoles a cambiar la percepción negativa de la insulinización, desmontando los mitos o los errores de conocimiento, destacando los beneficios de la insulina, explicando y ayudando a entender el mecanismo natural de producción de insulina y explicando la técnica correcta de administración todas las veces que seas necesarias. Cuenta con nosotros.

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