Aunque la alimentación es un aspecto al que le prestamos cada vez más atención, existen ciertas etapas de la vida durante las que se convierte en un factor aún más importante. Una de ellas, sin duda, es el embarazo. Como ocurre en otros casos, esta preocupación trae consigo falsas creencias y mitos; concretamente, sobre cuándo, cómo y qué comer. A continuación, repasaremos los más extendidos y veremos si hay algo de cierto en ellos.vel físico como psicológico.
«Debo ganar 15 kg al final del embarazo»
Es obvio que durante el embarazo debe haber aumento de peso, sin embargo, este incremento debe darse de manera paulatina y controlada.
De acuerdo con las recomendaciones para la población española, una embarazada con normopeso y una actividad física moderada debe aumentar unas 250 kilocalorías al día a partir de la segunda mitad de la gestación.
«Durante el embarazo hay que comer por dos»
En absoluto hay que doblar el consumo de alimentos, sino asegurarse de que la dieta incluye alimentos de calidad que aporten los nutrientes necesarios tanto para la madre como para el bebé. Comer en exceso, y de manera poco equilibrada, puede provocar diversas complicaciones, como la diabetes gestacional.
«El sobrepeso de la madre no afecta al bebé»
El índice de masa corporal de la madre es muy importante para el desarrollo del feto. Según varios estudios, cuanto más alto es este valor, mayor es el riesgo de que se produzcan complicaciones gestacionales.
Es importante llevar una dieta equilibrada —donde predominen los vegetales y el pescado—, y evitar los alimentos procesados, como la bollería o los refrescos, asociados a retardos en el crecimiento del bebé.
«Los antojos no satisfechos dejan una marca en la piel del bebé»
A finales del primer trimestre suelen empezar a darse los primeros antojos, también relacionados con ciertos mitos y creencias. Uno de ellos afirma que no saciar estos caprichos puede dejar una marca en la piel del bebé. En realidad, esta teoría no tiene ningún tipo de fundamento, pues no existen estudios que la avalen o que relacionen los antojos con la aparición de manchas en la piel del niño.
«Las embarazadas no deben tomar cafeína»
Aunque es una creencia muy extendida, los estudios al respecto dicen que no existe problema alguno en que las embarazadas consuman cafeína de manera moderada (menos de 300 g al día). No obstante, si el consumo es muy elevado (ocho tazas de café al día o más), esto puede entrañar importantes riesgos para la salud del bebé.
«Las plantas medicinales son seguras e inofensivas durante el embarazo»
Durante el primer periodo gestacional, es muy común el consumo de hierbas medicinales para paliar ciertos síntomas del embarazo, como las náuseas o la ansiedad. Sin embargo, es importante tener cuidado con este tipo de productos. Como ocurre con algunos fármacos, el uso de ciertas plantas puede provocar efectos adversos, como malformaciones en el feto, toxicidad o incluso aborto.
«Comer picante puede ser perjudicial para el bebé»
Muy pocos estudios han analizado qué consecuencias puede tener para el bebé el hecho de que la madre consuma alimentos picantes. Sin embargo, este tipo de comida sí puede alterar la digestión de la gestante, causándole náuseas, reflujo o acidez. Por el contrario, sí se ha demostrado que el tipo de alimentos que la madre come durante el embarazo y la lactancia pueden influir en los futuros gustos del bebé.
«Solo se debe evitar el alcohol durante el primer periodo del embarazo»
Está demostrado que el consumo de alcohol en cualquier etapa del embarazo puede provocar graves problemas en el feto, como malformaciones, anomalías congénitas, problemas en el desarrollo o aborto, además de alteraciones neurológicas o discapacidad intelectual.
«La diabetes gestacional no es preocupante después del parto»
Esta enfermedad —más frecuente en las embarazadas con sobrepeso y en las gestantes mayores de 35 años— debe ser tratada nada más detectarse para evitar posibles complicaciones, como aumento de peso del bebé o parto prematuro. Además, su impacto en la salud no se limita a la etapa gestacional, sino que va más allá: más del 50 % de las mujeres con diabetes gestacional puede desarrollar diabetes de tipo 2 pasados entre cinco y diez años.
«Si no estás acostumbrada a hacer ejercicio, hacerlo durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo»
Esta afirmación, también muy extendida, es completamente errónea. Lo adecuado es practicar ejercicio moderado y regular (de tipo aeróbico, de flexibilidad y de fuerza) durante todo el embarazo. Diversos estudios han demostrado los efectos positivos que esto puede tener tanto a nivel físico como psicológico.