La Mononucleosis es una enfermedad infecciosa viral que se manifiesta con tres síntomas típicos: fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello, acompañados de una intensa fatiga.

Causas y transmisión de la mononucleosis

Popularmente es conocida como “la enfermedad del beso” por su transmisión mediante saliva infectada a través de los besos. La infección se transmite también a través de gotitas transportadas por el aire y el contacto cercano.

El 90% de las mononucleosis están causadas por el virus de Epstein-Barr, que está distribuido por todo el mundo. El resto de casos están vinculados a otros patógenos: citomegalovirus, toxoplasma… La infección se presenta durante todo el año, sin predilección por una temporada o estación concretas.

Afecta fundamentalmente a escolares, adolescentes y adultos jóvenes.

Es menos frecuente en niños preescolares y es rara en el primer año de vida. La mayor incidencia se encuentra entre los 15 y 17 años de edad.

Síntomas característicos de la mononucleosis

Habitualmente, la enfermedad comienza con fatiga, indisposición general, dolor de cabeza y dolor de garganta que va aumentando. Las amígdalas se inflaman y se cubren de una capa blanca amarillenta. Se produce inflamación y dolor de los ganglios linfáticos del cuello.

A continuación aparece la clínica característica con:

  • Fiebre, generalmente elevada.
  • Dolor de garganta.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente del cuello y axilas y en ocasiones también de las ingles.
  • Inflamación del bazo.
  • Rigidez y dolores musculares.
  • Inapetencia.
  • Erupción cutánea semejante a la del sarampión.
  • Tendencia a sudar.
  • Somnolencia.
  • Molestia general, intranquilidad o sensación general de enfermedad.

Síntomas menos frecuentes de la mononucleosis

Otros síntomas menos frecuentes son: dolor torácico, tos, dolor de cabeza, urticaria, ictericia (color amarillo de la piel), rigidez de cuello, sangrado nasal, frecuencia cardiaca rápida, sensibilidad a la luz, dificultad para respirar, edema de párpados

Mononucleosis asintomática

Es muy frecuente sufrir esta infección de forma asintomática, es decir, sin darnos cuenta, sobre todo en los niños pequeños: preescolares y escolares. En los adultos, los síntomas suelen ser más intensos y mantenerse más en el tiempo.

Diagnóstico de la mononucleosis

Las personas contagiadas con el virus de Epstein-Barr pueden transmitirlo durante 18 meses independientemente de que tengan o no la enfermedad.

El diagnóstico se realiza por el cuadro clínico, es decir, por los síntomas que presenta el paciente. En algunos casos se realizan pruebas de confirmación con muestras de sangre para determinar la presencia de anticuerpos frente al virus de Epstein-Barr.

Tratamiento y alivio de síntomas

No hay un tratamiento eficaz frente a la mononucleosis. Los medicamentos que se usan son para aliviar los síntomas. Para el dolor y la fiebre: se recomienda tomar paracetamol 500 mg cada 6 horas. También es recomendable beber bebidas calientes que pueden aliviar el dolor de garganta, beber grandes cantidades de líquido para evitar la deshidratación y descansar y reposar para recuperarse de la infección.

Duración de la mononucleosis y recuperación

La mayoría de las veces la enfermedad tiene un carácter benigno.

La fiebre normalmente cede en 10 días y tanto la inflamación de ganglios linfáticos como la del bazo se curan en 4 semanas. La fatiga suele desaparecer en unas cuantas semanas, pero puede persistir durante 2 ó 3 meses.

Muchos pacientes vuelven a su actividad normal en menos de dos semanas aunque la fatiga y la inflamación persisten. No se recomienda la realización de ejercicio hasta cuatro semanas después de que haya desaparecido la enfermedad para evitar la rotura del bazo que se considera una complicación grave aunque poco frecuente.

Inmunidad y prevención

Pasar la enfermedad confiere una inmunidad muy duradera, probablemente para toda la vida.

El virus queda dentro de las células en estado inactivo, aunque pueda reactivarse y transmitirse, no suele dar síntomas, excepto en determinadas circunstancias como pueden ser las personas inmunocomprometidas.

No hay por el momento prevención eficaz contra la mononucleosis al no disponer de vacuna frente al virus de Epstein Barr.

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