Con la llegada del buen tiempo, el cambio de hora, las largas tardes, los días soleados y el aumento de la temperatura hace que el vestuario comience a renovarse y se utilice ropa más ligera y menos abrigada.

TUS  PIES TAMBIÉN CUENTAN

Con el calzado ocurre lo mismo las botas altas y cerradas son reemplazadas por modelos que dejan respirar más los pies, que llegan incluso a estar al descubierto.

Por ello es necesario que comencemos a cuidar los pies, y es que después de estar meses ocultándolos, llega el momento de comenzar a mirar hacia abajo y prestar atención a los grandes olvidados del invierno.

Después de un largo invierno, los pies se resecan, las uñas pueden estar poco o nada hidratadas, incluso podemos tener hongos. Y es que los pies muchas veces son los grandes olvidados en tema salud y el cuidado personal, imaginamos  que, porque son los que, durante gran parte del año, más tapados están.

Según la Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie siete de cada diez personas presentan algún tipo de problema en los pies.

Los trastornos más comunes suelen ser:

Los Callos, durezas o hiperqueratosis, las ampollas y rozaduras, la sequedad cutánea o el exceso de transpiración.

Por ello nos centraremos en las patologías menores más habituales:

CALLOS Y DUREZAS

La diferencia está en la extensión, profundidad y ubicación

DUREZAS: Presentan un desarrollo con consistencia dura y rugosa, con coloración amarillenta que se  forman en la piel, generalmente en talones, punta de dedos. Suelen ser poco dolorosa salvo que presenten inflamación. Suelen aparecer por procesos repetidos de presión, roce o peso y se previene exfoliando la piel e hidratándola.

CALLOS: Es una lesión que se produce por un exceso de producción de queratina como respuesta a la fricción o presión prolongada y repetida, sobre un área ósea reducida (normalmente sobre las articulaciones).

Como resultado se origina una zona muy engrosada con forma definida y que penetra hasta las capas más profundas de la piel en dirección al hueso, pudiendo ser muy dolorosa si alcanza nervios.

Es una de las dolencias más habituales, y el principal agente causante de su aparición es un calzado inadecuado.

La medida a aplicar tiene como principal objetivo rebajar la queratosis, reduciendo o eliminado la capa córnea por acción sobre la queratina y/o raspado superficial de la zona engrosada. Es muy importante la utilización de un calzado adecuado o correctores ortopédicos resultan imprescindibles para evitar su recurrencia y la reaparición.

AMPOLLAS Y ROZADURAS

Las ampollas son vesículas con acumulación de líquido transparente en su interior y tanto las rozaduras como las ampollas se deben a la fricción de la piel contra el calzado, sobre todo cuando  hacemos largos recorridos como resultado de un roce repetitivo, ya sea con el calzado o  entre los dedos (piel con piel).

La prevención es sin duda la mejor medida, una correcta transpiración e hidratar regularmente los pies.

Una vez formada la ampolla,  evitar su rotura podemos ayudarnos con la colocación sobre la misma de apósitos específicos que actúan como una segunda piel, la protegen de la fricción y alivian el dolor

EXCESO DE TRANSPIRACIÓN

El sudor es un fenómeno fisiológico natural, regulado por el  propio cuerpo. Puedes tener sudoración por varios motivos:

Origen térmico: Cuando la temperatura exterior es superior a 37º, la sudación  constituye el único mecanismo para disipar el calor. Comienzas a notarlo en la frente y en el cuello y se extiende por el tronco.

Origen psíquico: Responde a estímulos nerviosos. Aparece esencialmente en la frente, palmas de las manos, pies y axilas.

Sudación producida durante el esfuerzo muscular: Es una combinación de elementos  térmicos y nerviosos.

Se utilizan antitranspirantes, absorbentes etc.

La mayoría de estas patologías menores, aunque no son graves provocan molestias que pueden afectar a tu vida cotidiana y podrían minimizarse o prevenir su aparición adoptando unas recomendaciones básicas.

CUIDADOS DE LOS PIES EN PRIMAVERA

Durante todo el año debemos tener unos hábitos de higiene y cuidados de los pies para mantenerlos saludables, pero cuando llega esta época:

  • Baño diario: Un baño de pies con agua tibia con sales minerales y jabón ph neutro todas las noches disminuye la sensación de pies cansados y mejoran su estado.
  • Secado minucioso: Secar bien los pies en su zona dorsal, plantar y secado interdigital, para que no queden zonas húmedas.
  • Hidratación diaria: Aplicar crema hidratante todos los días para mantener en buen estado la piel de nuestros pies. En especial una crema especifica ayuda a prevenir grietas en talón y callosidades.
  • Corte de uñas: Cortar las uñas de forma recta, sin cortar las esquinas y sin dejarlas ni demasiado largas ni demasiado cortas (unos 2 mm del borde libre de la uña).
  • El uso excesivo del pintauñas puede perjudicar la lámina ungueal y favorecer la aparición de hongos.
  • Calzado adecuado: Elegir en esta temporada un calzado cómodo, material transpirable, suave, amplio y flexible.

Con las sandalias, asegúrese que vayan bien sujetos los pies. El tacón de las sandalias debe tener una altura entre 2-5 cm para evitar esguinces de tobillo, sobrecargas en la musculatura posterior de la pierna y en la planta del pie.

Desde la Farmacia Comunitaria podemos ayudarte, disponemos de “ayudas” para paliar las molestias de estas patologías menores y darte una atención personalizada para cada caso.

AUTOR

Carlos Antonio Casal Sánchez

Farmacéutico comunitario

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