El omeprazol es conocido comúnmente como un protector de estómago pero exploraremos más allá de su apodo para aclarar su uso de manera correcta como antiulceroso.

¿Qué es el omeprazol y cómo funciona?

El omeprazol no es un protector de estómago, no forma una capa protectora en el estómago ni es un antiácido.

Es un inhibidor de la bomba de protones, es decir, actúa disminuyendo la secreción de ácido clorhídrico en el estómago y no contrarrestando el exceso de ácido. Es un antiulceroso.

Usos del omeprazol como antiulceroso

Este ácido estomacal ayuda a la digestión de los alimentos y es responsable de generar un medio ácido en el estómago actuando como defensa frente a patógenos.

La toma de este medicamento se justifica en aquellos casos en los que es necesario disminuir la secreción ácida cuando se ve aumentada, como por ejemplo: tratamiento de la esofagitis por reflujo gastroesofágico, en úlcera duodenal, en el Síndrome de Zollinger-Ellison, en la terapia de erradicación de Helicobacter pylori en combinación con antibióticos y en la prevención de lesiones gástricas por consumo de AINES en pacientes con problemas de estómago o mayores de 55 años.

Se prescribe a menudo junto con tratamiento antibiótico pero no previene los efectos adversos más habituales (diarrea, náuseas y vómitos) asociados al empleo de antibióticos. No tiene ningún efecto sobre la microbiota intestinal y no evita su destrucción.

Efectos secundarios y riesgos del omeprazol

Como todos los medicamentos su uso no está exento de riesgos. Los efectos adversos más frecuentes son: diarrea, náuseas, dolor abdominal, flatulencia, cefaleas…

Además, su uso prolongado puede producir déficit de vitamina B12,  alteraciones en la absorción del magnesio y un aumento del riesgo de sufrir fracturas óseas, entre otras.

Precauciones y consejos sobre el uso del omeprazol

Así que recuerda: no es un uso correcto del Omeprazol tomarlo antes de una comida copiosa para prevenir o aliviar la acidez o para proteger el estómago en caso de ingesta de alcohol. Evita la automedicación y consulta con tu farmacéutico.

Algunas claves

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