El mejor alimento para un recién nacido es la leche materna: aporta todos los nutrientes y energía que el bebé necesita en sus primeros meses de vida, fomenta su desarrollo neurológico, le protege frente a enfermedades infecciosas (diarreas, infecciones respiratorias u otitis) y disminuye el riesgo de desarrollo de enfermedades crónicas en la edad adulta como diabetes, hipertensión, obesidad…

La lactancia también es beneficiosa para la madre: favorece la recuperación tras el parto, reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares…

La leche materna es un alimento que siempre está disponible y que sale a la temperatura adecuada. Antes de los 6 meses, el bebé que toma sólo leche materna y a demanda no precisa agua ni otros líquidos.

Ningún preparado comercial puede reproducir completamente las propiedades y beneficios de la leche materna.

Por todas estas razones, se recomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los 6 primeros meses de la vida del niño.